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El Brexit en la universidad

  • El Brexit afectará por tres vías principales al sector
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Después de la victoria de Boris Johnson en las elecciones del 12 de diciembre, lo más probable es que el Brexit será una realidad el 1 de enero de 2021, tras el periodo de transición que ahora se inicia. Todavía se desconoce el contenido del acuerdo que regirá la nueva relación entre la UE y Reino Unido, e incluso si se podrá alcanzar un acuerdo preliminar antes de un año para evitar un Brexit a las bravas. Pero lo que hasta ahora ha manifestado el primer ministro induce a pensar que el sector de la educación universitaria británica va a experimentar cambios de relevancia.

El Brexit afectará por tres vías principales al sector. Por una parte, los estudiantes de la UE ya no serán considerados como locales a la hora de afrontar los precios de la educación, sino internacionales. Esto encarecerá las matrículas de los cerca de 125.000 estudiantes europeos en Reino Unido de forma automática, salvo que los centros británicos decidan restablecer por su cuenta los precios actuales a europeos para hacer viable la estancia de todos ellos. Pero esta rebaja no parece muy probable, ya que las universidades de Reino Unido no participarán de las ventajas de la pertenencia a la UE en términos de financiación. Y esa es la segunda vía por la que el Brexit afectará al sector: la educación superior británica dejará de gozar del apoyo financiero de la UE. Reino Unido aporta el 11% del presupuesto común europeo, pero ha recibido el 15,5% del presupuesto disponible para el área de educación superior en los últimos años. El agujero en sus cuentas dañará su capacidad de inversión.

Y en tercer lugar, las futuras trabas a la libre circulación de personas procedentes de la UE reducirán el número de estudiantes europeos en las aulas de Reino Unido. A raíz del reciente atentado perpetrado en Londres por un ciudadano británico durante la campaña electoral, Boris Johnson volvió a afirmar que limitará el flujo de personas procedentes del continente de manera significativa. Esta promesa forma parte del argumento principal esgrimido durante la campaña del referéndum de 2016: "take back control of our borders", esto es, recuperar el control de sus fronteras, su dinero, y toda su legislación. Es probable que se establezcan requisitos para obtener un visado para poder estudiar y trabajar en Reino Unido, por lo que el número de estudiantes y personal docente europeo se reducirá. El impacto en centros como la Universidad de Kent, en la que el 25% del personal contratado procede de la UE, será considerable.

Los estudiantes de la UE ya no serán consideradas como locales a la hora de afrontar los precios de la educación, sino internacionales

En definitiva, la caída del apoyo financiero europeo y la previsible reducción en el número de estudiantes y empleados europeos en las universidades de Reino Unido pasarán factura en un sector que representa el 3% del PIB británico y da empleo al 2,5% de su fuerza laboral. Pero dado que el total de estudiantes procedentes del continente representa en la actualidad un nada desdeñable 5% del total, no es descartable que Johnson facilite al máximo el flujo de personas involucradas en este sector en el texto del futuro acuerdo Reino Unido-UE, cuando quiera que se logre pactar finalmente. Ahí, al igual que en muchos otros sectores, Johnson deberá mostrarse flexible por su menor poder negociador, dado que el impacto de la ruptura en las universidades europeas será bastante menor en términos relativos a cada estado miembro.

Elaborado por Manuel López-Linares. Profesor de la Universidad Pontificia Comillas y autor de "Entender Europa"

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