El conocimiento de idiomas aumenta hasta un 37 % las posibilidades de encontrar empleo. Así lo pone de manifiesto un estudio de Randstad, empresa de recursos humanos especializada en la selección de directivos y técnicos de responsabilidad. Es evidente que en la última década la capacidad para desarrollar la actividad profesional en una lengua extranjera es una de las habilidades más demandadas y valoradas por el mercado laboral, y un requisito exponencial a la hora de valorar el mejor talento. Un elemento clave cuando las empresas compiten cada vez más en un contexto internacionalizado.
El sector de la Enseñanza de Idiomas ha desarrollado en nuestro país soluciones muy diversas y flexibles, pensadas para satisfacer las distintas necesidades de sus alumnos, con el objetivo de que todos puedan alcanzar sus aspiraciones profesionales. Desde la Federación Española de Centros de Enseñanza de Idiomas, FECEI, y sus Asociaciones autonómicas, y desde la Asociación de Centros Autónomos de Enseñanza Privada, ACADE, trabajamos por ello, por una enseñanza de idiomas de calidad acordes a los baremos exigidos por la Unión Europea.
Pero hay que añadir que, si bien la metodología de la enseñanza de idiomas ha evolucionado muchísimo en los últimos años, no existen recursos mágicos que permitan hablar una lengua en mínimos periodos de tiempo, o sin esfuerzo ni dedicación. Al igual que hay que desconfiar de esas "dietas milagro" que prometen bajar de peso en poco tiempo, también hay que recelar de esos "cursos milagro" que garantizan el dominio de un idioma en escasas semanas.
Por no mencionar el perjuicio económico que estas ofertas pueden acarrear ya que, en muchas ocasiones, como ocurriera anteriormente, exigen que el alumno contrate el curso completo. En muchos de los casos el alumno se ve obligado a solicitar financiación, con el riesgo de que si la empresa cierre o interrumpa el curso como por desgracia ha ocurrido en algunas ocasiones, deberá continuar abonando las cuotas a la entidad financiera por un servicio que ya no recibe.
Por eso, tanto desde FECEI como desde ACADE hemos querido llamar la atención de los consumidores para evitar que sean víctimas de engaños académicos y económicos contratando cursos abusivos o con promesas imposibles de cumplir. Prácticas poco éticas que además perjudican a los muchos centros que cumplen escrupulosamente la legislación vigente y que cada día se esfuerzan en ofrecer una enseñanza de vanguardia y calidad.
¿Cómo pueden prevenirse los usuarios ante ofertas engañosas?
La clave está en conocer qué debemos exigir a un centro de enseñanza para asegurarnos que actúa conforme a la legalidad vigente: docentes titulados, una oferta académica con experiencia y garantía, publicidad accesible y veraz, información clara y transparente, una organización legalmente establecida y dotada de los necesarios permisos y licencias y, por último, la contratación del servicio educativo asegurándose de que no se introducen cláusulas abusivas.
Elaborado por Juan Santiago, Presidente de ACADE