
El conflicto abierto entre el presidente de El Corte Inglés, Dimas Gimeno, y las hermanas Marta y Cristina Álvarez Guil, tiene ya tintes de película de James Bond. Según han confirmado distintas fuentes, la familia de Gimeno contrató el año pasado a Kroll, una firma especializada en la investigación de fraudes, con el objetivo de esclarecer lo que estaba pasando en el área de seguridad, donde se detectó que el anterior responsable, Juan Carlos Fernández Cernuda, habría estado adjudicando contratos a empresas bajo su órbita familiar, vendiendo después incluso alguna de ellas a grandes empresas del sector, con el contrato ya en mano.
Las fuentes consultadas explican que el entorno familiar de Gimeno mantiene ahora contactos con una firma de inteligencia y seguridad israelí, el grupo NSO, propiedad del empresario Francisco Partners, para detectar si hay nuevos fraudes en otras áreas del grupo.
Asesora de comunicación
Gimeno, que ha contratado además a una consultora de comunicación para ayudarle en la guerra abierta contra sus primas, que por el momento pierde de forma clara a pesar de ello, ha reclamado igualmente en el seno del grupo que se lleven a cabo auditorías forensic en las distintas áreas y divisiones de la empresa. Todo porque sospecha que pudiera haber prácticas irregulares.
Estas auditorías las llevan a cabo equipos integrados por economistas, abogados e informáticos, que cuentan con formación específica y que utilizan herramientas diseñadas para la investigación y prevención de todo tipo de fraudes y corrupción.
El Corte Inglés ha aceptado ya, por el momento, llevar a cabo una auditoría al área de seguridad, que ha sido encargada a EY.
Gimeno se encuentra actualmente aislado por completo en el seno de la compañía, sin la confianza ni de la mayoría del capital ni del consejo de administración que apoyan a Marta Álvarez como nueva presidenta del gigante de los grandes almacenes. Aunque sin descartar por completo todavía el nombre de Manuel Pizarro para el cargo.