
La Asociación de Fabricantes de Alimentos (GMA, por sus siglas en inglés) fue uno de los lobbys más importantes de EEUU integrados por las grandes compañías del país.
La GMA está siendo abandonada por sus principales socios por no saber ni poder enfrentarse a los desafíos de la industria de la alimentación. Después de más de cien años de historia y de convertirse en uno de los principales grupos de presión de EEUU, la autoproclamada voz de la industria de la alimentación se está quedando muda.
Campbell Soup decidió abandonar GMA a comienzos de año, diciendo que la asociación comercial ya no representaba sus puntos de vista.
Tres meses después, la compañía de alimentos más grande del mundo, Nestlé, ha hecho lo mismo, informa Quartz. También han cogido la puerta Dean Foods, Mars, Tyson Foods, Unilever, Hershey Company, Cargill, Kraft Heinz y DowDuPont.
Las salidas no solo hacen daño reputacional, también económico por las pérdidas millonarias que pagaban como socios. Según el medio estadounidense, la asociación perderá prácticamente la mitad de sus ingresos. Los últimos datos disponibles en las memorias de actividad de GMA, la asociación se gastó 35 millones de dólares en actividad de lobby.
Las compañías que han abandonado la asociación no han dado muchas explicaciones, pero en privado argumentan un enfrentamiento con la ejecutiva de la organización por su mentalidad anticuada, incapaz de adaptarse a los nuevos tiempos.
Un ejemplo de ello es la batalla que ofreció para no avanzar sobre la transparencia en los alimentos transgénicos y la información de ingredientes que deben reflejar los paquetes de alimentos. Mientras muchos de sus socios asumían los nuevos criterios, GMA se oponía con vehemencia.
En los últimos años, la industria alimentaria ha sido invadida por startups ágiles y competitivas que prometen opciones más saludables, pregonan cosas como la ausencia de transgénicos en sus productos, menores contenidos de azúcar y sodio, y listas de ingredientes más simples que los productos elaborados por los grandes fabricantes multinacionales. Por primera vez, pequeñas marcas se hicieron un hueco en un mercado dominado por gigantes como Coca-Cola y General Mills.
Paul Grimwood, presidente y CEO de Nestlé USA, ha indicado a Quartz que la compañía mira al futuro. "Si realmente vamos a servir a nuestros consumidores, es fundamental que sigamos su ritmo".
El pasado mes de febrero, GMA anunció la jubilación de su histórica consejera delegada, Pamela Bailey. La directiva se codeaba entre las personalidades más influyentes y no solo en su sector. La actual directiva piensa que iniciativas como etiquetar los alimentos a través de códigos QR para el móvil es una muestra de la renovación que está acometiendo la asociación. Sin embargo, la organización de seguridad alimentaria lo describió como un mecanismo de ocultación de información.
El portavoz de la asociación, Roger Lowe, dice que la asociación se está reinventando y confía en que las compañías que se han ido vuelvan. La descomposición de GMA es un signo de los nuevos tiempos, no solo de que la industria alimentaria que está cambiando, sino también de la era de las poderosas asociaciones comerciales, explica Marion Nestle, profesora de nutrición de la New York University. Y al final, también bueno para los consumidores, que podrán recibir mejor información sobre los alimentos que consumen.