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Los 'furanchos' gallegos: cocina tradicional en un entorno rural

Furancho de Pazo Reboraina en Redondela (Pontevedra). Imagen de Juantiagues - Wikipedia

Pongamos en nuestra coctelera particular tres conceptos: cocina casera, cocina tradicional y cocina gallega. Agitamos bien y... ¿qué nos sale? Sin temor a equivocarnos, una comida exquisita, natural, sencilla, económica, consistente, basada en unos ingredientes de primera y de un sabor extraordinario.

Esa es la razón de ser de los furanchos gallegos, casas particulares de esta preciosa comunidad autónoma del noroeste de España en las que se sirve comida tradicional basada en productos propios. Una promesa de calidad gastronómica procedente de una de las regiones con una de las mejores cocinas del país, que presume a su vez de tener una de las mejores cocinas del mundo.

Muchas de estas casas particulares, la mayoría afincadas en el medio rural, ofrecen una propuesta de calidad, de comida sabrosa y reposada en un entorno agradable y familiar. Junto con un buen vino de la tierra sirven tanto tapas frías -empanadas, embutido, queso, tortilla de patatas- como platos calientes, desde el caldo gallego al lacón con grelos, pasando por la ternera asada.

Trato sencillo y cercano

Varios de estos lugares cuentan, además de con su bar y terraza correspondientes, con una pequeña tienda que sirve para complementar la visita. El trato no suele ser el de un restaurante tradicional, sino algo más sencillo y cercano. Y la carta -en el caso de que la hubiera, pues normalmente allí simplemente se sirve la comida del día- suele ser reducida, pero siempre garantía de calidad.

También hay que resaltar que es habitual que al estar estos sitios poco -o nada- publicitados y encontrarse a menudo en zonas recónditas, debemos dar un par de vueltas con el coche hasta dar con uno de ellos. En estos casos, siempre es mejor preguntar a cualquier local por un buen furancho cercano que estar perdiendo el tiempo al volante. ¡Que a ciertas horas el estómago azuza! Esa pequeña dificultad, además de un reto, es por otro lado la promesa de comer con tranquilidad en un entorno agradable en medio de la naturaleza, un aliciente más a la experiencia furancheira.

Con el fin de promocionarse, siempre sin perder la esencia de su oferta, varios de los propietarios de furanchos en Galicia se han unido creando una web: www.defuranchos.com. En ella, además de explicar al interesado cómo nacieron estos establecimientos, en qué consisten y qué servicio prestan, existe un mapa con muchos de estos locales repartidos por toda la geografía gallega. No están todos los que son, pero pueden servir de guía al furancheiro novato que esté de turismo por la zona.

La visita a un furancho -o a varios- puede suponer un gran añadido a los muchos incentivos que ya de por sí presenta una ruta por Galicia. Promesa de paisajes increíbles, verde y agua por todas partes, playas perdidas, bosques de cuento, arraigo a la tradición y un extenso patrimonio artístico y cultural.

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