El alza de impuestos da otra estocada a los bares en pleno verano

La subida del 10 por ciento a los impuestos especiales pone en tela de juicio la supervivencia del sector de las bebidas espirituosas y contra las cuerdas a la hostelería, que podría sufrir un nuevo bajón de sus ventas y más destrucción de empleo.

Avisó hace un par de meses y ha cumplido su amenaza. El Gobierno de Mariano Rajoy ha aprobado una nueva subida de los impuestos especiales al alcohol, del 10 por ciento, que amenaza la campaña de verano de la hostelería.

Un sector que ha visto cómo su actividad ha caído hasta un 20 por ciento desde que se inició la crisis en el año 2008 y que ha sufrido muy de cerca el impacto negativo que ha tenido en sus ventas la prohibición de enero de 2011 de fumar en lugares públicos.

Ahora, cuando las cifras positivas del turismo en el primer cuatrimestre parecían que iban a darles un respiro, los bares y restaurantes de España han de hacer frente a este nuevo tributo que podría ahondar en la caída de sus ventas, teniendo en cuenta que el 77 por ciento del consumo de los espirituosos se hace en la hostelería.

Un varapalo al que la Federación Española de Bebidas Espirituosas (Febe) suma la pérdida de empleo que este nuevo tributo generará en las empresas fabricantes de estas bebidas -el 80 por ciento son pymes-, en la hostelería, el ocio nocturno y el turismo.

Sus cálculos cifran que la recién estrenada carga fiscal eliminará un total de 35.000 puestos de trabajo, ya que muchas empresas se verán obligadas a cerrar y a despedir gente.

Además del efecto en el consumo, en las ventas y en el empleo, la patronal sostiene que la subida del 10 por ciento de este impuesto especial, que lo eleva del 40,8 al 45 por ciento, tampoco se sustenta desde el punto de vista recaudatorio, ya que en lo que va de año la recaudación de impuestos especiales en bebidas espirituosas ha descendido un 19,8 por ciento.

Hecho el balance de datos, Febe va incluso más allá al sostener que esta medida, orquestada por el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, es "irresponsable, injusta, poco meditada y desastrosa, ya que ahonda en la injusta e inexplicable discriminación fiscal que sufre el sector de las bebidas espirituosas con respecto a otras bebidas con alcohol, como la cerveza".

Un gremio que en los últimos años ha experimentado un desplome del 40 por ciento y que antes de la nueva carga fiscal ya tenía un impuesto de casi el doble, respecto al de la cerveza -más del 40 por ciento, frente a un 24,3 por ciento-.

DIFERENCIA RECAUDATORIA

Los datos de la patronal también indican que en el capítulo de los impuestos especiales, las bebidas espirituosas recaudan más del 71 por ciento del total que se aplica al alcohol, aunque sólo representan el 27,3 por ciento del consumo.

La cerveza, por su parte, recauda un 27 por ciento aunque su consumo roza el 50 por ciento. "Si lo que se perseguía era recaudar más, habría que haber pensado en reformar la estructura del impuesto especial. Así se ha perdido una oportunidad única para crear un modelo fiscal más eficiente, moderno, equilibrado y competitivo, que no beneficie a determinados sectores frente a otros, y que permita que las empresas compitan en igualdad de condiciones en el mercado", asegura Bosco Torremocha, director ejecutivo de Febe.

La Federación también recuerda que la producción de bebidas destiladas en España aporta a la economía nacional un valor de 7.400 millones de euros, un 0,12 por ciento del Producto Interior Bruto. Asimismo, sostiene que esta industria española -que cuenta con 388 centros de producción de destilados y 28 Indicaciones Geográficas- representó en 2012 el 40 por ciento de los 935.000 empleos directos e indirectos que existen en Europa asociados a la industria de destilados en sectores como la agricultura, la hostelería y el turismo.

En su defensa, la Febe también sostiene que España es, junto con Reino Unido y Francia, el país de la Unión Europea en el que se concentra mayor número de empleos directos generados por esta industria en el conjunto de la Unión Europea, con más de 10.000 puestos de trabajo.

Junto al peso que tiene en el empleo, la industria española de espirituosos es también uno de los mayores productores europeos.

En 2012 se produjeron en España un total de 200 millones de litros de bebidas espirituosas en los cerca de 400 centros de producción censados y repartidos por toda la geografía nacional, situándose mayoritariamente en Andalucía, Galicia, Castilla-La Mancha y Cataluña.

Una virtud a la que la patronal añade el hecho de que el sector de las bebidas espirituosas ya suponga el 28,5 por ciento de las exportaciones de bebidas con alcohol, con un valor de 487 millones de euros.

Las exportaciones de la cerveza representan, por su parte, un 3,6 por ciento, hasta 75 millones de euros.

Acusaciones a las que Cerveceros de España han reaccionado diciendo que "valoramos muy positivamente el hecho de que la medida no se aplique sobre las bebidas que más influyen en la rentabilidad del sector hostelero.

La información que maneja esta entidad indica que los datos del propio Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, la cerveza y el vino mueven el 30 por ciento de las visitas a los establecimientos de la hostelería en nuestro país, algo más que el café -29 por ciento- y muy por delante de los licores, que suponen un 2 por ciento.

Asimismo, Cerveceros de España sostienen que de las bebidas con contenido alcohólico, las fermentadas son las más consumidas en los establecimientos hosteleros y, por tanto, las que tienen mayor incidencia económica en este sector; y que el vino y la cerveza son las primeras bebidas con contenido alcohólico generadoras de puestos de trabajo: un total de 280.000 entre empleo directo e indirecto, de los que la mayoría se crea en la hostelería.

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