La crisis acelera el desgaste del hipermercado y su modelo se agota

La estrechez económica a la que el consumidor se ha visto sometido con la crisis ha marginado el hábito, antes tan habitual, de llenar hasta arriba el carro de la compra y acudir al hipermercado de media una vez al mes.

Tras cinco años de ajustes y recortes que se han traducido en desempleo y perspectivas pesimistas para la economía nacional y la doméstica, ahora lo que impera es dosificar el consumo y adquirir sólo lo que es estrictamente necesario, tanto en alimentación como en productos de higiene y limpieza, para gastar lo menos posible, aunque eso implique ir a la compra una vez a la semana e, incluso, cada día.

Un cambio que ha cogido con el pie cambiado al hipermercado que ve cómo el formato del súper le está ganando la batalla.

La proximidad a los consumidores de los supermercados, situados casi siempre en centros urbanos, junto a su política de precios ajustados y a su oferta de productos cada vez más variada explican por qué en España el modelo del híper se agota mientras el del súper se desboca.

Prueba de ello es que desde que se inició la crisis, la inversión conjunta de los hipermercados se ha reducido en casi 420 millones de euros al año, lo que ha provocado la destrucción de 30.000 puestos de trabajo.

De acuerdo con los datos de la patronal Anged, que defiende los intereses de compañías como Carrefour, Alcampo o El Corte Inglés, las grandes superficies sumaban al cierre de 2007 un total de 260.871 puestos de

trabajo frente a los 230.800 de ahora.

Mientras, los supermercados han creado empleo al pasar de 220.000 puestos de trabajo en 2008 a 223.900 al cierre del pasado año, según las cifras facilitadas porAsedas, la patronal de los súper.

Eso sí, hay que tener en cuenta que la situación no es igual en todas las empresas. De hecho, la gran locomotora del crecimiento tanto en inversión como en

empleo es Mercadona.

La cadena valenciana ha creado 10.000 puestos de trabajo desde que estallara la crisis y su plantilla roza ya las 70.000 personas, permitiendo así que el saldo neto entre los súper arroje una cifra positiva de 4.000 empleos.

La fuerza del súper ha sido tal que las empresas asociadas a Anged que han visto cómo su facturación bajaba de 42.000 millones de euros en 2007 a 38.000 millones en 2011, según sus propios datos- también se

han dejado seducir por su modelo impulsando la apertura de este tipo de tiendas, como Carrefour Express, Supercor o Eroski City.

No es de extrañar que ante esta radiografía, la patronal del hipermercado demande que se fomente la libertad de empresa y la libre competencia que garantice la libertad de mercado, incentive la inversión y dinamice el consumo.

Según las informaciones facilitadas por Anged a esta publicación, los hipermercados en España sufren una discriminación regulatoria que les impide competir en igualdad de condiciones y que afecta a su implantación y a sus horarios.

Desventajas a las que se suman las ocasionadas por los impuestos específicos a los que es sometida la gran distribución, especialmente en algunas comunidades

autónomas que abogan por incrementarlos, como Cataluña.

Problemáticas que según la patronal no sólo han perjudicado al hipermercado en beneficio del supermercado. El otro derrotado en esta

batalla es, a su juicio, el comercio tradicional.

Lo cierto es que éste está en horas bajas después de haberse dejado por el camino 25.326 negocios en una década, al pasar de los 65.244 en el año 2000 a los

39.918 en 2011, según las estadísticas de Nielsen.

Una evolución que se encuentra en las antípodas de la de los supermercados. En el mismo periodo de tiempo el súper se ha erigido como gran vencedor del comercio en España al ganar 3.439 locales, después de pasar de 12.880 en el año 2000 a 16.319 en 2011.

Ahora bien, no sólo los súper tienen culpa de la desaparición del comercio tradicional en España.

Los especializados en perfumería y droguería también

tienen su cuota de responsabilidad. Su presencia en

España ha aumentado de 3.646 locales en el año 2000 a 4.987 en 2011, debido, sobre todo, a la buena aceptación que ha tenido en el consumidor español la aparición de negocios especializados en un segmento bien

concreto.

Eso sí, ni el aumento de la presencia de estos últimos, ni la

fuerza del súper han podido evitar que el enjambre comercial en España haya perdido 20.446 establecimientos en los últimos diez años, debido al

bajón experimentado por el comercio tradicional.

Un bajón del que, sin embargo, también ha escapado el formato del hipermercado. Su número ha aumentado de 337 en 2007 a 366 en 2011, según datos facilitados porAnged.

La patronal también recuerda que en 2012, el formato del híper vivió nuevas aperturas como la de Carrefour en As

Candelas (La Coruña), o la de Hipercor en Puerto Venecia (Zaragoza), Córdoba y El Faro (Badajoz).

Además, Anged sostiene que, pese a la coyuntura económica del país, sus empresas asociadas siguen apostando por ofrecer al consumidor la mayor elección posible de productos, manteniendo en sus lineales

primeras marcas.

De hecho, recuerda que el Observatorio de Marcas de

Gran Consumo sitúa a El Corte Inglés, Carrefour, Eroski yAlcampo como las cuatro firmas de la distribución que más apuestan por la innovación, al incorporar a sus lineales más del 50 por ciento de los nuevos productos

que se lanzan al mercado, frente al 25 por ciento de media en el resto de sector.

Una apuesta que, según la patronal, tiene un efecto multiplicador sobre el resto de la economía en términos de empleo y generación de riqueza. Según sus datos, las

compras a proveedores nacionales del gran formato comercial alcanzan los 29.000 millones de euros, lo que -aclara- representa el 74 por ciento de las ventas totales de sus empresas asociadas.

LA RESACA DEL NUEVO CONVENIO

Pese a todo, el súper le está comiendo terreno al híper en nuestro país que aún sufre la resaca del ruido organizado por sindicatos y Anged para firmar el último convenio de la gran distribución.

Un convenio que, según con el cristal con que se mire, es ?un robo?, según Comisiones Obreras, o la consecuencia de ?un enorme esfuerzo hecho porempresas y trabajadores

para mantener el empleo en el sector?, según la patronal.

Anged sostiene que la debilidad en el consumo de los últimos años ha afectado a la facturación de las empresas y que esa debilidad todavía persiste.

Asimismo, asegura que las empresas han realizado un ajuste de los precios, para dar respuesta a la nueva situación económica y que el IPC comercial ha evolucionado tres puntos por debajo del IPC general.

Elementos que, según asegura, han lastrado los márgenes empresariales. Mientras se producía esta combinación de debilidad del consumo, ajuste de precios y márgenes, los costes laborales -añade- han crecido nueve puntos en los últimos cuatro años por lo que era necesario acomodarlos a la situación actual para mantener el empleo estructural del sector.

Argumentos que no convencen, sin embargo, a los sindicatos que no han firmado ese convencio (CCOO, UGT, LAB, CIG y ELA-STV) por entender que perjudica a los 230.000 trabajadores de grandes almacenes, cuyo poder adquisitivo habrá retrocedido, según sus cálculos,

20 años en 2016 para situarse en los niveles de 1996.

Tanto es así que en los documentos facilitados a esta publicación, Comisiones Obreras asegura que seguirá peleando para combatir este convenio, vía jurídica o por cualquier otra vía, ya que -a su juicio- el convenio colectivo firmado porAnged y los sindicatos Fasga y Fetico es ?el convenio colectivo con más recortes de la historia?, además de ser el que permite que ?los trabajadores tengan que estar a disposición de las empresas 24 horas al día 365 días al año?.

Algunos de los aspectos que Comisiones Obreras denuncia es que con el nuevo convenio se aumenta la jornada anual 28 horas al año, se establece una distribución de la jornada trimestral, que se puede modificar ante cualquier

imprevisto y se elimina el pago de domingos.

Además, asegura que en materia salarial, se liga a las ventas un incremento que podría llegar a ser de un 1 por ciento como máximo sin consolidación en el salario, y se permite que se congele el salario o se rebaje en un 5 por ciento en los centros de trabajo donde desciendan las ventas.

De esta forma, en una misma empresa podrá haber centros de trabajo donde se gane más que en otros.

Además de otros puntos, el sindicato denuncia que el salario de los contratos formativos se va al salario mínimo interprofesional.

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