Deporte y Negocio

Roman Abramovich pone a la venta el Chelsea: quiere 3.300 millones de euros

  • El magnate, empujado por el contexto económico-político, se lo piensa
  • Ha rechazado propuestas por valor de casi 2.000 millones de euros
Foto: Getty.

Roman Abramovich es uno de los rostros más importantes de la industria del fútbol. Sin embargo, el multimillonario ruso, dueño del Chelsea desde 2003, estaría pensando muy seriamente su marcha del club londinense y del sector del balompié. El empresario reflexiona sobre la venta de su equipo, ya ha rechazado ofertas por él y se ha propuesto el objetivo de ganar 3.300 millones de euros con esta operación.

Bloomberg recoge la información sobre los pasos seguidos por Abramovich en los últimos meses. El dirigente contrató al banco mercantil Raine Group LLC (afincado en Nueva York, uno de sus centros de operaciones) para que le asesorase de cara a una posible venta. Esto sucedió a principios de 2018, y desde entonces, el magnate ya ha rechazado ofertas que han llegado a los 1.950 millones de euros. Su idea es todavía mayor: llegar a los 3.330 'kilos', una cantidad infinitamente superior a la que gastó en su llegada a Stamford Bridge, cuando compró, hace ya 15 años, el club por unos 200 millones.

Uno de los motivos que empuja al empresario a marcharse es el creciente ritmo de sanciones por parte de EEUU a magnates rusos, así como el efecto que éstas tienen en su estancia en Reino Unido, cuyo gobierno, inmerso en las negociaciones para el Brexit, está aumentando su severidad en materia de inmigración y visas. De hecho, Abramovich tuvo que renunciar a la suya después de una tardanza que le llevó a adoptar la ciudadanía israelí en junio. El ambiente con Rusia está enrarecido, y el envenenamiento del exoficial ruso de inteligencia Sergei Skripal y su hija, además de la muerte violenta del empresario Nikolai Glushkov, no han ayudado, ni mucho menos, a aliviar esta sensación.

El caso de Abramovich, que nunca ha escondido su lealtad al presidente ruso, Vladimir Putin, es uno de los más destacados de este contexto de nuevas trabas. La situación de los multimillonarios rusos asentados en el territorio británico está provocando que asuman medidas de precaución. La dinámica es de no asumir "riesgos" y, en ese sentido, el empresario paralizó las obras del nuevo Stamford Bridge, frenando una inversión de, cita Bloomberg, más de 1.000 millones de euros por lo que el club calificó como "actual clima inversor desfavorable". La cantidad era similar a la invertida en el club durante los 15 años anteriores.

Ante este panorama, Abramovich habría reestructurado sus participaciones en empresas con el objetivo de evitar o reducir el impacto de posibles sanciones por parte de EEUU. Su puerta abierta a la venta del Chelsea es, simplemente, una más de sus actuaciones preventivas.

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