La primera jornada de la Europa League 18/19 deja un duelo más que sorprendente, ya que por primera vez en la historia de la competición dos clubes casi idénticos se enfrentarán en la fase de grupos. Lo que se ha denominado como 'el derbi de Red Bull', tendrá como protagonistas al RB Leipzig y al Salzburgo. Así es cómo un conjunto alemán y un austríaco llegaron hasta la élite europea bajo el poder de una bebida energética.
Dietrich Mateschitz es uno de los fundadores de Red Bull y actualmente posee el 49% de las acciones de la compañía austríaca. En 2005, este empresario visualizó su sueño de introducirse en el fútbol hasta lograr que su bebida fuese una de las grandes dominadoras de Europa, algo que ha conseguido 13 años después cuando por primera vez verá enfrentados a sus dos equipos.
En aquel año Mateschitz, a través de Red Bull GbmH compró el 100% de las acciones de Salzburg Sports A. G., una empresa mercantil propietaria del Austria Salzburgo, uno de los clubes más emblemáticos del país centroeuropeo que había entrado en una crisis difícil de superar. El objetivo del nuevo presidente era convertir a su club en el dominador de la liga nacional y dar el salto a las competiciones continentales. Para ello, Mateschitz cambió el nombre del equipo a FC Red Bull Salzburg, eliminó el violeta de la equipación dotando a sus jugadores de camisetas rojas y blancas (colores de su empresa) y creó un nuevo escudo con dos toros enfrentados por un balón.
Todas estas políticas respondían a las ideas de patrocinio de Red Bull en el deporte, mediante las cuales ya habían entrado en la Fórmula 1 de la mano de Red Bull Racing y Toro Rosso (además, en 2006 continuaron con el New York Red Bull de la MLS). Pero las modificaciones del nuevo dueño no cuajaron bien entre los aficionados de Salzburgo, por lo que se produjo una división entre los partidarios del impulso y los detractores que añoraban la historia del club. Fruto de esta escisión nacería el SV Austria Salzburg.
El siguiente paso del Red Bull Salzburg era el deportivo, ypara ello se fichó a un entrenador experimentado, Kurt Jara, y se invirtieron más de diez millones de euros en nuevos jugadores, pero el equipo terminó segundo en liga. Esto motivó a los propietarios y tras los contactos con Franz Beckenbauer, figura esencial en el futuro de Red Bull, y la llegada de Giovanni Trapattoni con Lothar Matthaus al banquillo, el Salzburg ganó la liga austríaca 2006/2007 de una forma demoledora. Desde entonces, en once temporadas se han llevado nueve veces el título doméstico.
Mateschitz ya era el dominador de Austria, pero jugar en la Champions League todavía le iba a llevar unos años. Para ello Beckenbauer le abrió la mente y le dibujó una región olvidada por el fútbol alemán, el este del país teutón. Allí el Vfb Leipzig había sido el primer campeón de lo que hoy es la Bundesliga, pero los años no habían pasado en vano y los clubes de esa región habían pasado a categorías menores.
Tras errar en la compra en 2006 del FC Sachsen Leipzig (por motivos de patrocinio y conflictos con los aficionados) y valorar la entrada en otros clubes simbólicos de Alemania, en 2009 Red Bull compró la plaza en quinta categoría del SSV Markranstadt y fundó un equipo bajo la denominación de RasenBallsport Leipzig (o RB Leipzig, curiosamente las iniciales que coinciden con las de la bebida energética). Con la misma política de siempre, cambiaron los colores y el escudo y se adquirieron hasta 2040 los derechos del Zentralstadion -construido para el Mundial 2006-, bautizado como Red Bull Arena.
En su primera temporada el RB Leipzig compró equipos filiales, infraestructuras y jugadores de otros clubes más potentes y así ascendió en la 09/10 a cuarta división. Aquí se detuvo su progresivo avance, pues estuvo dos años en la Regionalliga (aunque eliminaron al histórico Wolfsburgo en Copa), pero en 2012 se fichó al que sería el gran impulsor del equipo.
Ralf Rangnick, un técnico que ya había conseguido éxitos con equipos como el Hoffenheim y el Ulm además de ser el mentor, entre otros, de Jürgen Klopp, Joachim Löw o Thomas Tuchel. Rangnick se había marchado del Schalke 04 tras llegar a semifinales de la Champions con Raúl González como jugador emblema y el proyecto del Leipzig le atrajo sobre otros muchos. Red Bull le prometió plenos poderes en la dirección deportiva, una millonaria inversión y una cantera que sería referencia en Europa.
Durante unos años no fue nada raro ver al RB Leipzig y el Red Bull Salzburgo intercambiar jugadores e incluso crearon el FC Liefering, actualmente en segunda austríaca, como equipo de reservas del conjunto de Salzburgo. En 2013 comenzó a despuntar en la entidad alemana un Joshua Kimmich que pronto llamaría la atención de los grandes europeos. Así pues, en la 2014/2015 el conjunto sajón ya se había instalado en la segunda alemana tras cumplir todos los requisitos que la Federación le había impuesto y aceptar que Red Bull sería para el club algo así como Volkswagen o Bayer con Wolfsburgo y Leverkusen.
El definitivo salto a Europa
Para la 2015/2016 Rangnick se incorporó como técnico y no poder convencer a Thomas Tuchel, pues quería dirigir en Primera. El club siguió su imparable inversión en fichajes de jugadores jóvenes, entre 2014 y 2016 gastó más de 50 millones de euros, y logró superar la Segunda División quedando solo por detrás del Friburgo. El RB Leipzig ya estaba en la élite.
Ese verano la inversión no tuvo precedentes, 72 millones de euros para un recién ascendido, y en el curso 16/17 se consiguió la increíble hazaña de quedar en segunda posición, solo el todopoderoso Bayern de Múnich se había impuesto al proyecto de Leipzig. Esa plaza, la de subcampeón de la Bundesliga, aseguraba al RB Leipzig jugar la siguiente temporada en la Champions League, o lo que es lo mismo, Red Bull había dado el salto a la máxima competición de clubes europeos tras nueve temporadas seguidas del Salzburgo cayendo en rondas clasificatorias.
La 17/18 se avecinaba intensa para la compañía de bebidas energéticas. Su apuesta por el deporte por fin había tenido el triunfo esperado con el rey de todas las disciplinas tras afincarse en los más extremos. Además, la posición del Red Bull Salzburgo en Austria le brindaba la oportunidad de meter dos equipos en Champions si conseguían su clasificación en la fase previa. Pero antes se iban a encontrar con las trabas de la UEFA.
La UEFA sale al paso
"Ningún individuo o entidad legal puede tener control o influencia en más de un club participante en una competición de clubes de la UEFA". Así enuncia el organismo que rige el fútbol europeo una de sus normas mediante la cual el RB Leipzig y el Red Bull Salzburgo estuvieron cerca de no poder competir juntos en Champions. La no clasificación de los austríacos impidió antes la coincidencia, pero por si fuese necesario Red Bull optó por apostar por el Leipzig, del que se designó propietario, quedándose en el club de Salzburgo como patrocinador mediante un cambio en el modelo de gestión que limitó los movimientos de Red Bull en el club, así como su financiación. Estas modificaciones lograron persuadir a la UEFA, que dio el visto bueno para que ambos pudiesen estar juntos en una misma competición.
Algo que se produjo en febrero, cuando el club de Leipzig no consiguió pasar de ronda en la Liga de Campeones y tras quedar tercero en fase de grupos descendió a la Europa League donde le esperaba el Salzburgo. Los sorteos evitaron que ambos coincidiesen en una eliminatoria, pero la labor de los dos equipos fue excelente hasta el punto de que los alemanes llegaron hasta cuartos, mientras que los austríacos cayeron en las semifinales.
Lejos de quedarse aquí, el RB Leipzig finalizó su segunda temporada en la Bundesliga en sexta posición, lugar que da clasificación para la Europa League. Misma competición a la que ha caído este verano el Salzburgo tras no clasificarse en las rondas previas de la Champions. Ahora sí, el sorteo fue más enrevesado y concedió a Red Bull la oportunidad de juntar a sus dos clubes. En el grupo B, junto a los históricos Celtic y Rosenborg, alemanes y austríacos tendrán la posibilidad de luchar por primera vez en la historia por 'el derbi de Red Bull', un apasionate duelo que ha tenido un intenso proyecto con 13 años de historia y una bebida energética detrás.