En el último párrafo de un extenso comunicado en el que informaba acerca de sus ingresos y de su situación financiera en el curso 17/18, el Real Madrid anunciaba la convocatoria de una Asamblea Extraordinaria de socios para votar el posible endeudamiento del club para "financiar las obras de remodelación del estadio Santiago Bernabéu". Un movimiento que, de salir adelante, podría marcar el futuro a medio plazo de la entidad blanca.
El proceso para la reforma del coliseo merengue ha sido tortuoso. El preacuerdo firmado con Ipic, fondo de Abu Dhabi, para renombar el estadio, el 'no' del Ayuntamiento de Madrid al primer proyecto blanco, la marcha atrás de Ipic (ya absorbido por Mubadala, y cuyo rechazo se está dirimiendo en la Corte de Arbitraje de París) y la falta, por consiguiente, de un patrocinador que financie las obras una vez aprobado el plan de reparcelación del Santiago Bernabéu y su entorno han sido las fases clave de una historia que, actualmente, se resume en lo siguiente: si el Real Madrid desea remodelar su estadio, deberá pedir un préstamo.
La cantidad, atendiendo al precontrato firmado con Ipic, no es baladí: hasta 400 millones de euros con los que el Real Madrid instalará una cubierta abatible que dará al estadio 12 metros más de altura y un hotel dentro de las instalaciones. En paralelo, se construirá una zona verde de más de 12.000 metros cuadrados comprendidos en el acuerdo con el Consistorio tras la reparcelación de los terrenos situados en el entorno del Paseo de la Castellana. Los detalles los daba el propio Florentino Pérez, presidente blanco, hace unos meses, a la vez que desvelaba que su constructora, ACS, no participaría en las obras.
Así pues, para acometer unas reformas que comenzarían al final de la temporada 18/19, el Real Madrid ha de encomendarse al endeudamiento a falta de patrocinadores que aporten las cantidades necesarias. El mecanismo no es sencillo: al tratarse, casi con toda seguridad, de un préstamo que represente más del 20% del presupuesto (el de este año ronda los 750 millones de euros), el club necesita que sus propios socios aprueben esta medida. De ahí la convocatoria a Asamblea Extraordinaria. Según los estatutos de la entidad, se necesitan al menos dos tercios de los votos para dar luz verde a esta fuente de financiación.
Durante los últimos tres veranos, el equipo blanco apenas ha gastado en los mercados de fichajes. Usando como referencia el balance entre ingresos y gastos, tan solo en el estío de 2018 ha salido perdiendo, una mínima cantidad de 12 millones de euros. Ni la marcha de un icono como Cristiano Ronaldo ha empujado al Real Madrid a remover el mercado. La línea de la prudencia, bajo el pretexto de apostar por el largo plazo y el crecimiento de promesas de futuro, ha imperado precisamente en un momento de burbuja en el precio de los futbolistas...y antes de un hipotético contexto de endeudamiento.