
El Barcelona, al margen de su devenir deportivo, tiene otro proyecto en la recámara: la reforma del Camp Nou dentro del futuro Espai Barça que convertirá su estadio y sus inmediaciones en un complejo de instalaciones deportivas para el que los culés buscan con ahínco fuentes de financiación. Un planteamiento de tal entidad (además de las obras en el coliseo blaugrana, está planeado un nuevo Palau y el traslado del Mini Estadi a la ciudad deportiva con el nombre de Johan Cruyff), de 639 millones de presupuesto, necesita fuertes inyecciones económicas. Una de ellas es la del nuevo nombre del Camp Nou, la piedra sobre la que el club quiere comenzar su proyecto.
Según informa Marca, el Barcelona ha aumentado sus previsiones de ingresos en concepto de naming, es decir, de patrocinio por el apellido comercial del Camp Nou. De los 200 millones de euros que calculó previamente, en Can Barça se cree que se puede llegar, o estar muy cerca, a los 300 por un total de 10 años. Desde la entidad ya se afirma que, en todo caso, no se aceptarán ofertas que bajen de la cifra inicial.
Hay una fecha límite para buscar un patrocinador: antes de la Asamblea que el club celebrará a principios de mayo y en la que el organismo deba aprobar la propuesta trasladada por el club a tal efecto.
Por el momento, hay interés desde EEUU y Asia. De hecho, Mundo Deportivo asegura que hay dos ofertas en poder del club, que desea esperar. La gira de este verano en Norteamérica tiene un trasfondo comercial (la de 2019 será, probablemente, en Asia) y puede reportar aún más beneficios en cuanto al nombre del nuevo Camp Nou.
El plazo para conocer el patrocinio tiene otra razón: tras el final de la temporada 18/19, el Barcelona comenzará las obras de reforma del estadio, que se harán en los periodos de parón desde esa fecha hasta 2022. Así, el comienzo de estas reformas se deben hacer con la certeza de un contrato que signifique, lógicamente, una financiación para llevarlas a cabo.