
La inversión en criptomonedas provocó una pérdida patrimonial de 198,5 millones de euros a los 151.711 contribuyentes que las incluyeron en la declaración de la renta de 2023, tercer año en el que hubo que incorporar este tipo de activo y el primero en el que las pérdidas fueron superiores a las ganancias.
Los últimos datos anuales del IRPF actualizados por la Agencia Tributaria (AEAT) contemplan asimismo una ganancia patrimonial derivada de la inversión en monedas virtuales de 166,8 millones de euros a 122.914 contribuyentes.
La declaración de las ganancias obtenidas por operar con monedas virtuales es obligatoria en la declaración de la renta, pero no es necesario registrar las pérdidas, aunque el contribuyente puede hacerlo si tiene otras ganancias que puede compensar.
El balance de 2023 es negativo y arroja una pérdida neta de 31,6 millones, lo que supone en promedio un quebranto de 110 euros por cada uno de los 286.671 contribuyentes que invirtieron en criptomonedas.
Es el primer año que se genera una pérdida neta desde que en 2021 se incluyera en la renta la casilla de monedas virtuales, un periodo de tres años en el que han ido menguando las ganancias, al tiempo que aumentaba el número de inversores.
El ejercicio 2022 se saldó con una ganancia patrimonial neta de 36,2 millones para 165.229 contribuyentes, mientras que en 2021 el rendimiento neto alcanzó los 684 millones de euros para 134.737 contribuyentes, tras declararse 76,7 millones de pérdidas frente a 760,6 millones de beneficio.
Rendimientos en letras del Tesoro
Dentro también de las rentas procedentes del ahorro destaca la inversión en letras del Tesoro, con un beneficio declarado de 124 millones de euros en un año en el que la subida de los tipos de interés por parte del Banco Central Europeo (BCE) provocó un trasvase de ahorro hacia la deuda del Estado.
Los rendimientos de 124 millones correspondieron a 125.484 contribuyentes, cuando un año antes, en la declaración de 2022, se reportaron pérdidas por 14.005 euros por parte de 799 contribuyentes.
Las rentas totales del ahorro declaradas en 2023 alcanzaron los 42.271,2 millones de euros, de los que más de la mitad (22.372 millones) está en manos del 0,73% de los contribuyentes, aquellos con una renta anual superior a 150.000 euros.
Menos de 12.000 euros
El 36,6% del total de contribuyentes, cerca de 8,8 millones, ingresa menos de 12.000 euros anuales, frente al 5,61% (1,3 millones) que ganan más de 60.000 euros.
El grueso de los contribuyentes están en los tramos de renta intermedios, con el 22% entre 30.000 y 60.000 euros, seguido del 17,94% entre 12.000 y 21.000 euros, y el 17,83% entre 21.000 y 30.000 euros.
Las declaraciones de la renta con ingresos de hasta 60.000 euros salen a devolver en saldo neto (declaraciones positivas menos las negativas), con una cantidad promedio en 2023 que oscila entre los 300 y los 500 euros.
Por encima de ese nivel de renta las declaraciones salen mayoritariamente a pagar, con una cifra promedio de 20.274 euros para la rentas de entre 150.000 y 601.000 euros, y de 221.863 euros para quienes ingresan por encima de 601.000 euros.