Cripto

Así es como con 15 años gestó uno de los mayores robos de cripto de la historia: ahora sufre las consecuencias

Con tan solo 15 años Ellis Pinsky se convirtió en el autor de uno de los mayores robos de la historia dentro del mundo cripto, después de lograr hackear y hacerse con una cartera con 562 bitcoins, que hoy en día equivale a 51 millones de dólares.

Sus andaduras en el mundo cibercriminal comenzaron con tan solo 12 años, donde más como un juego que intención de lucrarse, comenzó a rastrear direcciones IP usando el programa Whireshark. Poco a poco fue mejorando sus habilidades como pirata informático y así inició sus andaduras en los ataques DDoS.

A los 13 ya formaba parte de una organización llamada OGUsers, donde se dedicaba a extraer terabytes de datos de múltiples bases de datos. "Siempre he sido autodidacta" reconocía en su única entrevista dada a The Rolling Stone, y de la misma manera aprendió a realizar su ataque más efectivo y con el cual logró gestar uno de los mayores robos de cripto de la historia.

El SIM Swapping, una ciberestafa muy común hoy en día que consiste en que los delincuentes duplican de forma fraudulenta la tarjeta SIM de una persona, generalmente para acceder a sus cuentas bancarias y realizar transacciones ilegales.

Fue en 2018 cuando una persona desconocida se puso en contacto con Pinsky, y le propuso realizar un ataque de este tipo a un número concreto, el de Michael Terpin. Quizás el nombre no te suene, pero Terpin es un referente dentro del mundo cripto, y por lo tanto uno de los peces gordos de este sector.

Las grandes habilidades de Pinsky le permitieron hacerse con el control del número de Terpin, y a partir de ahí comenzaron a infiltrase entre los contenidos de este en busca de las carteras cripto. No tardaron mucho en encontrar un archivo llamada "Claves" y en ella encontraron varias carteras, incluso una con 900 millones millones de dólares en criptoactivos, pero no consiguieron descifrar la contraseña.

Lo que sí lograron fue hacerse con otra, que contenía tres millones de tokens, con un valor aproximado de siete dólares cada uno, en aquel momento. El problema fue "blanquear" estos criptoactivos, los cuales acabó convirtiéndolos en bitcoins, en total 562, a través de la empresa de trading Binance.

El error fue que la reconversión de tantos bitcoins hizo saltar las alarmas, además de hacer que el valor de estos cayera en picado, dejando un rastro bastante evidente y fácil de seguir. Durante los primeros meses después del robo, el joven casi ni podía dormir de la ansiedad por miedo a que el FBI entrara por su puerta y lo detuviera, pero no fue hasta finales de ese año que un día su madre (recordemos que en ese entonces solo tenía 16 años) le llegó una carta de los abogados de Terpin, reclamando de vuelta su dinero.

"Esta fue la primera vez, a los 16 años, me di cuenta de que este videojuego en el que he estado viviendo durante varios años se hizo real" reconocía el joven. Tras un proceso legal, Pinsky devolvió los 562 bitcoins, además de un reloj y dinero en efectivo que había ganado con el robo. No obstante, eso no se quedó ahí, sino que Terpin le reclamó 71,4 millones de dólares acogiéndose a la ley RICO, que permite triplicar las indemnizaciones en casos de crimen organizado.

El denunciante creía que este joven tenía mucho más dinero, obtenido de robos y ataques anteriores, sin embargo no lograron encontrar evidencia de ello, por lo que no tuvo que pagar. Pero estas acusaciones y el hecho de que su historia saliera a la luz, le puso a tanto él como a su familia en una situación de vulnerabilidad, ya que podían convertirse en el objetivo de un robo en busca de este supuesto tesoro oculto.

En la entrevista, este joven se sincera diciendo que desde entonces ha vivido un calvario, en su casa tuvieron que comprar un rifle de asalto por si tuvieran que defenderse, y desde entonces, Pinsky ha tratado de borrar su rastro por todos lados, además de ocultar su pasado.

Podemos decir que se arrepiente de lo que hizo, ya que no solo sufrió las consecuencias legales del robo, sino que ahora es una sombra que le persigue y le castiga cada día, a pesar de que ha cambiado por completo su vida. "Quiero profundamente distanciarme de todas estas cosas. Es tan feo, tan malo, tan asqueroso. No quiero hacer nada más que seguir adelante", reconocía el joven.

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