La consellera Neus Munté ha adelantado que se estudiarán alternativas y sostiene que habrá urnas el 1 de octubre, aunque el concurso ha quedado desierto.
La actuación de la Fiscalía está pasando factura a los planes del gobierno catalán para dar pasos adelante en la organización del referéndum. Después de que la licitación de la compra de urnas haya quedado desierta, Neus Munté, portavoz del gobierno catalán, ha adelantado que se estudiarán nuevas alternativas, sin especificar cuáles, más allá de las que le permiten la ley, para tener urnas el próximo 1 de octubre. Munté ha señalado que las empresas que habían solicitado la homologación no cumplía con los requisitos "económicos" necesarios.
Asimismo, ha recriminado a la Fiscalía su querella contra el departamento de gobernación y ha exigido que se retirara.
Respecto a los preparativos del referéndum, Munté no ha querido desvelar nada -por ejemplo si el gobierno catalán pagará a los voluntarios-, y ha emplazado al próximo 4 de julio todos los detalles del referéndum.
Sobre el debate abierto dentro del PSC sobre los alcaldes socialistas, Munté apoyó a los ediles que se habían decidido, contra el posicionamiento del partido, apoyar el referéndum.
