No obstante, recuerda que no se puede obligar a los funcionarios a trabajar un día de fiesta.
El nuevo delegado del Gobierno en Cataluña, Enric Millo, se curó ayer en salud para no avivar la polémica y adelantó que no se adoptarán medidas preventivas contra los cargos electos que decidan trabajar hoy, festivo nacional por el Día de la Constitución. Tanto la CUP como ERC habían adelantado que no celebrarán la festividad y que trabajarán, incluso abriendo las puertas de los consistorios que gobiernan.
Millo, sin embargo, no ha arremetido contra esta decisión (una actitud más acorde con la oferta de diálogo del Ejecutivo de Rajoy), después del conflicto provocado por el Ayuntamiento de Badalona el pasado 12 de octubre, cuando abrió sus puertas desoyendo un mandato judicial.
"Si hay algunos políticos electos que este martes consideran oportuno dedicarse a atender sus cuestiones políticas, que hagan lo que crean oportuno. Se ha de respetar. Yo también trabajaré", afirmó, antes de recordar que él también trabajó otros festivos, como el 11 de septiembre, que es cuando se celebra la Diada de Cataluña, de acuerdo con EuropaPress.
No obstante, Millo también sostuvo que lo que no se puede hacer es utilizar un día de fiesta para trabajar y hacer actividades laborales, "porque en un día de fiesta a nadie se le puede exigir que haga un trabajo laboral" y agregó que si alguien tuviera dudas puede preguntar a los secretarios de los ayuntamientos, que son funcionarios estatales y conocen "perfectamente la normativa", insistió.
Millo aprovechó estas declaraciones para volver a insistir en que Cataluña debe acudir a la conferencia de presidentes que se celebrará en enero. Carles Puigdemont anunció hace semanas que no iría.