
CaixaBank va sumando aliados en su deseo de tomar el control del portugués BPI. En abril, después de que Isabel dos Santos, segunda accionista del luso, incumpliera un acuerdo firmado con el banco español, el Gobierno de Portugal anunciaba un decreto para facilitar el desblindaje de ciertas entidades financieras, que se convertirá en realidad esta misma semana, concretamente el próximo viernes.
CaixaBank va sumando aliados en su deseo de tomar el control del portugués BPI. En abril, después de que Isabel dos Santos, segunda accionista del luso, incumpliera un acuerdo firmado con el banco español, el Gobierno de Portugal anunciaba un decreto para facilitar el desblindaje de ciertas entidades financieras, que se convertirá en realidad esta misma semana, concretamente el próximo viernes.
Está previsto que el 22 de julio BPI celebre una junta de accionistas en la que se votará eliminar el blindaje que limita al 20 por ciento los derechos de voto en el banco. No es la primera vez que se propone (en 2015 ya se planteó y fue rechazado por la junta), pero la diferencia con la nueva Ley es que los accionistas votarán por su porcentaje de capital; es decir, que computarán todos los títulos que controlan. Para CaixaBank significa poder poner en valor su participación, que ha ido aumentando poco a poco, hasta alcanzar el 45,16 por ciento (45,33 de los derechos de voto si se descuenta la autocartera).
A más apoyo, más seguridad
Esta posición, sin embargo, podría no asegurar el éxito para cambiar los estatutos (depende de la asistencia a la junta). El español estaría más seguro si le apoyan Allianz y algunos fondos porque para que se apruebe es necesario el respaldo de dos tercios de los accionistas presentes en la junta. Y el camino para convencer a muchos de estos fondos ha quedado despejado, después de que los asesores de voto (proxy advisors) hayan recomendado a sus clientes votar a favor de la eliminación del blindaje.
De acuerdo con Bloomberg, tanto ISS, como Glass Lewis, dos de las firmas más importantes en este sector, ha recomendado votar a favor de que BPI cambie sus estatutos. La primera explica que la oferta de CaixaBank favorece que el luso resuelva sus problemas de concentración de riesgos. Además, denuncia que la limitación en los derechos de voto ha favorecido que Isabel dos Santos le condujera hasta una situación que no "beneficia" a los inversores minoristas.
Los proxy advisors son compañías que emiten recomendaciones sobre cómo deben votar los inversores institucionales en las juntas de accionistas. Para lanzar sus consejos, estos asesores de voto realizan un estudio que queda lejos de las posibilidades de un gestor tradicional porque requiere un estudio muy completo de la documentación que presentan las cotizadas.
En el caso concreto de BPI, la opinión de estos asesores puede resultar muy relevante, porque no hay ninguna gestora que tenga una participación realmente significativa, incluso aunque se sume la de todos los fondos que gestiona.