Ciencia

¿Qué le sucede al cuerpo después de la muerte?

El misterio de la muerte ha sido un tema recurrente del arte. Imagen: Archivo

Lejos de estar muertos, un cuerpo en descomposición rebosa vida. El reloj microbiano podría ser la clave para explicar otra suerte de existencia. Nuestra masa corporal se equilibra con el entorno y se recicla para que otros seres pueden usarla. No es una afirmación gratuita, es una definición científica del devenir del cuerpo humano una vez que abandona la vida.

Los científicos, recuerda este miércoles el diario El País, entienden el cadáver como la piedra angular de un ecosistema complejo que surge después de la muerte. El tránsito de la muerte, una vez diagnosticada médicamente, pasa por la autolisis, la putrefacción, colonización (de todos tipo de insectos) y, el entierro.

La descomposición del cuerpo empieza unos minutos después de la muerte (autolisis o autodigestión). Primero se para el corazón, después las células que se quedan sin oxígeno, las enzimas comienzan a digerir membranas celulares antes de filtrarse por las células rotas. Este proceso comienza por el hígado, y de aquí al cerebro. Finalmente le siguen todos los tejidos y órganos que se colapsan del mismo modo. Una vez rotos los vasos sanguíneos, las células se depositan en las capilares y las venas pequeñas, y se decolora la piel.

A continuación cae la temperatura corporal hasta adaptarse al entorno. Es el momento del rigor mortis que va desde los párpados, la mandíbula y los músculos del cuello, y luego al tronco y las extremidades.

El reloj microbiano

Existe la teoría de que una vez muertos existe un reloj microbiano -estudiado por la científica forense Gulnaz Javan, de la Universidad Estatal de Alabama en Montgomery-, según la cual se depositan una invasión de microbios en las tripas, en el cruce entre los intestinos gruesos y delgados, que se propaga por el hígado, el bazo, después al corazón y por último al cerebro. Se trata de unos microbios que podrían estar funcionando dentro del cuerpo humano en descomposición. El estudio Javan ha demostrado que las bacterias alcanzaron 20 horas después de la muerte y que transcurrieron 58 horas hasta que se propagaron por todos los órganos.

Un cadáver alcanzará su fase de descomposición avanzada a los 16 días de su muerte en unas condiciones de temperatura media de 25ºC, momento en el que da comienzo la migración masiva de larvas al exterior del esqueleto.

Según las leyes de la termodinámica, la energía no se crea ni se destruye, sólo se transforma. En otras palabras: las cosas se descomponen y, en el proceso, su masa se convierte en energía. De manera que la descomposición es un final -rubrica la información de El País- es un recordatorio morboso de que toda la materia del universo debe obedecer estas leyes fundamentales. Nos desbarata, equilibrando nuestra masa corporal con su entorno, reciclándola para que otros seres vivos puedan usarla.

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