
El mundo animal nunca deja de sorprendernos. El último episodio sorprendente se ha producido en la localidad inglesa de Worcestershire, cuando una ardilla decidió vivir una intensa noche de fiesta.
El propietario de un pub local, el Honeybourne Railway Club, se encontró su negocio lleno de botellas rotas y alcohol derramado por los suelos, según informa la BBC.
Inicialmente pensó que había sido víctima de un robo. Sin embargo, observó que la caja registradora estaba intacta, por lo que algo no cuadraba.
Todo se aclaró cuando descubrió a una ardilla por los suelos, entre el mobiliario del local, tambaleándose producto del consumo de los líquidos de las botellas.
La ardilla consumió además una notable cantidad de frutos secos del bar, y entre eso y las botellas rotas generó unos daños que el propietario valoró en 450 euros.
El episodio recuerda a otros como el del alce ebrio que acabó atrapado en un árbol en Suecia, o el del loro Enrico, que en una de sus habituales visitas al bar en Italia acabó enganchado en un cable y pidiendo auxilio a los bomberos.