
La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, recrudecerá su guerra contra los vehículos privados si consigue repetir como primera edil.
Ayer explicó que, entre sus medidas de cara a las próximas elecciones municipales, figura que un 75 por ciento de las calles de Barcelona tengan una velocidad máxima de 30 kilómetros por hora.
Ello se extendería a grandes arterias de la ciudad como la calle Diputación o Bruc. El objetivo de esta medida sería reducir la mortalidad y conseguir que Barcelona sea una ciudad "con víctimas cero".
Bajar las motos de las aceras
Otra de sus medidas en relación a la red viaria es recuperar las aceras "bajando las motos". La alternativa, serían aparcamientos "seguros" para bicicletas y motos en locales vacíos.
Barcelona en Comú defiende que el 20 por ciento de los viajes son en transporte privado, pero que ocupan el 60 por ciento del espacio. Quieren destinar ese espacio para los trayectos a pie y en transporte público.
En este sentido, Colau ya anunció el lunes que quiere "pacificar" una de cada tres calles del Eixample, convirtiéndolas en "ejes verdes" con prioridad para los peatones.
Algunas de las vías que se verían involucradas en esta medida serían la calles Girona, Sicília, Rocafort, Casanova y Consell de Cent.