Cataluña

Saba no está "preocupada" por los planes de desinversión de Criteria

  • Salvador Alemany afirma ante los accionistas que "no es una sorpresa ni anormalidad"
  • La compañía conserva 1.800 minoritarios pese a que Criteria controla el 99,5%
  • La gestora de aparcamientos aumentó ingresos y ebitda en 2018 pero redujo el beneficio
Junta de accionistas de Saba 2019. EE

El presidente de Saba, Salvador Alemany, ha afirmado este miércoles en la junta anual de accionistas de Saba que la compañía "no está preocupada" por los planes de desinversión -todavía no se sabe en qué porcentaje- de CriteriaCaixa, el accionista mayoritario de la gestora de aparcamientos.

Preguntado por una de las accionistas minoritarias –la firma conserva 1.800 pese a que Criteria controla el 99,5% de las acciones-, Alemany ha considerado: "No lo podemos considerar una sorpresa ni anormalidad".

Ha argumentado que Criteria "siempre ha dado apoyo" a Saba, y que, desde el primer momento en que Criteria decidió intervenir en la compra de acciones de los otros accionistas –tres fondos de inversión- que tenían el 49% para dar estabilidad a la compañía, dio por entendido que "no le veía demasiado sentido" a conservar el 99,5%.

Ha señalado que las opciones de futuro ya eran buscar opciones de venta de parte de la participación o salir a Bolsa, "que se demostró que no era el momento", y que sigue sin serlo.

En declaraciones a la prensa, ha sostenido que el proceso de búsqueda de Criteria para reducir su participación es todavía incipiente, por lo que todavía no se ha planteado el porcentaje de acciones que conservará -si será de control o no- ni si la entrada de un nuevo accionista se hará mediante venta de acciones o a través de una ampliación de capital. 

En la junta de accionistas también se han anunciado los resultados de 2018, cuando Saba obtuvo unos ingresos de explotación de 223 millones de euros, un 5% más, y un ebitda de 106 millones, un 6% más. El resultado neto consolidado fue de ocho millones, frente a los 11 millones de 2017, tras destinar cinco millones a dotaciones y por la ausencia de plusvalías -en 2017 todavía se contabilizaron por la venta de los parques logísticos-.

La operación de compra de activos de Indigo –la mayor de la historia de Saba y que supone aumentar un 80% las plazas de aparcamiento gestionadas y la entrada en cuatro nuevos países-, cerrada en diciembre y con efectos en enero, no tuvo impacto en la cuenta de resultados consolidada del ejercicio.

Teniendo en cuenta los nuevos países -ahora Saba opera ya en nueve: ocho europeos y Chile-, los ingresos de explotación proforma de 2018 ascienden a 293 millones, un 31% más que en 2017, y el ebitda a 122 millones, un 15 por ciento más.

En el primer trimestre de 2019, ya con los activos de Indigo incorporados, los ingresos ascendieron a 70 millones de euros, un 35% más que hace un año, y el ebitda a 28 millones, un 18% más.

Margen para crecer

Respecto a planes de futuro de Saba, el consejero delegado de la compañía, Josep Martínez Vila, considera que tienen margen para seguir invirtiendo.

La inversión de 2018 fue de 250 millones, y la deuda financiera neta se situó en 633 millones a cierre del ejercicio, frente a los 357 millones de 2017, pero el directivo afirma que hay todavía recorrido al alza si surgen oportunidades, que las "hay".

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