
Las empresas catalanas pueden votar desde ayer en las elecciones a las cámaras de comercio, y la más disputada es la Cámara de Barcelona, con cinco grandes candidaturas. La formada por Enric Crous y José María Torres es la que se sitúa como principal competidora de la propuesta favorita, liderada por Carlos Tusquets y que cuenta con el apoyo de la mayoría de las grandes empresas que conforman el pleno del organismo, aunque también se postula como defensor de las pymes y autónomos.
¿Por qué decidieron presentarse a las elecciones a la Cámara de Barcelona?
Enric Crous: Ambos creemos que la Cámara de Barcelona necesita un cambio radical de manera de funcionar, para ser la casa común de los gremios y las empresas de todos los tamaños. Nuestro objetivo es que las pymes sientan la Cámara como su casa.
José María Torres: Las pymes son el 99,8 por ciento de las empresas y el 70 por ciento de los trabajadores; queremos que puedan trabajar en igualdad de oportunidades y tengan la representación que les corresponde. Los autónomos son el 50 por ciento del censo, pero son los grandes olvidados en la Cámara.
Su programa tiene muchos puntos en común con la candidatura de Carlos Tusquets ¿Por qué no unieron fuerzas?
C: Nunca se llegó a plantear, y no tenemos nada en contra de las grandes empresas, pero nuestro objetivo es que la Cámara deje de estar controlada solo por las grandes corporaciones, y que las pymes tengan la representación que ahora no tienen. Además, hoy todos los miembros de los órganos de la Cámara son de la ciudad de Barcelona. En nuestra candidatura tenemos la mitad del resto de la provincia. También tenemos un 30 por ciento de mujeres y un cincuenta por ciento de la lista con menos de 50 años.
T: Tusquets es la candidatura continuista del presidente actual, Miquel Valls. Desde Pimec, yo llevo muchos años luchando por la ley de segunda oportunidad, contra la morosidad y por que la energía sea más barata, y nunca me he encontrado a quienes ahora lo incluyen en sus programas. Nosotros llevamos años con esta lucha y seguiremos.
Les apoya Femcat, pero afirman que no quieren mezclar economía con política...
C: Femcat es una organización de empresarios catalanes con la sede de sus empresas en Cataluña muy interesados en defender el territorio y las empresas de aquí, pero no es una organización política. La ANC sí, pero Femcat no.
T: Siempre hemos defendido que no hablamos de política. La Cámara debe ser neutral y centrarse en defender los intereses de las empresas y que la economía vaya bien. Estas elecciones a la Cámara no son una lucha entre unionistas e independentistas, sino entre continuismo y renovación, entre un lobby de pocas empresas grandes y ser la casa de todos los empresarios.
¿Qué les dicen a las empresas para animarlas a votar?
C: Pueden votar más de 400.000 empresas, pero la inmensa mayoría no saben que pueden hacerlo. Hoy Miquel Valls es presidente con 700 votos. Queremos que las empresas voten. Prefiero perder las elecciones con 20.000 votos que ganarlas con 500. Sea quien sea el presidente, queremos que tenga la legitimidad de tener un amplio respaldo del sector empresarial. Hay que facilitar el voto, pero no ha sido posible que los electores hayan recibido una tarjeta censal en la que pudiesen saber dónde votar.
T: Otro problema es que el censo está mal, con datos de 2017 desactualizados, porque hay empresas dadas de alta desde antes de 2010 que no están en el censo.
¿Qué ofrece la Cámara que no hagan ya otras entidades?
C: La Cámara es transversal, cubre todos los intereses y sectores y es órgano obligatorio de consulta de la administración. Defiende el interés general y las administraciones deben oír lo que la Cámara opina, porque es un órgano de Derecho Público.
T: Muchas empresas creen que la Cámara no sirve para nada, pero es un organismo que puede servir a todos y puede hacer cosas por ellos.
¿Por ejemplo?
C: Puede ayudar a la digitalización, formación e internacionalización de las pymes. Las cámaras gestionan fondos europeos de formación profesional (FP) dual y forman una red internacional que puede ayudar a las pymes. Y si ganamos seremos profundamente reivindicativos con la situación de las infraestructuras. También seremos críticos con la elevada presión fiscal que sufren las clases medias en Cataluña, en parte por la deficiente financiación de la autonomía. Por otro lado, ¿por qué la industria catalana paga la electricidad más cara que en Francia? ¿Y qué pasa con Cercanías? Si ganamos, cada tres meses intentaremos dar una rueda de prensa para hacer un repaso del estado de cumplimiento de inversiones pendientes.
En alguna ocasión ha dicho que quieren ser una gota malaya...
C: Vamos a ser pesados. El Aeropuerto de Barcelona está gestionado desde Madrid, y ya hace 12 años un gran acto empresarial en el Iese reclamó la gestión local, pero hay que ser persistente. Por otro lado, el Puerto tiene obras estratégicas pendientes, cuando es de los que más superávit tiene del Estado. Una cosa es la solidaridad y otra hacer el primo.
La Cámara ya elige representantes en estas infraestructuras y otros organismos, como Fira de Barcelona...
C: Una cosa es representación y otra es responsabilidad de gestión. En Europa hay algunos aeropuertos gestionados por cámaras de comercio. La Fira es un ejemplo del éxito de la colaboración público-privada: demuestra que, cuando el sector público y el privado van juntos, el país avanza.
T: Debe haber una apuesta público-privada, y que las administraciones amplíen las competencias de las cámaras para dar servicios a las empresas y obtener ingresos. Si no tienes financiación, poco puedes hacer.