
Seat registró en 2018 su mejor balance de ventas de sus 68 años de historia, con la comercialización de 517.600 vehículos en todo el mundo, un 10,5 por ciento más que el año anterior.
Esta cifra supone el sexto año consecutivo de aumento de ventas de la marca, con un incremento acumulado del 60 por ciento desde 2012, y rompe el récord anterior, que fue de 514.800 coches en el año 2000.
La compañía, presidida por Luca de Meo, ha ido batiendo sus mejores marcas mes a mes, con la excepción del cierre del año, influido por la nueva normativa de control de emisiones WLTP y la reducción de los días de producción. Las ventas del mes de diciembre fueron un 23 por ciento inferiores a las del último mes de 2017, con la entrega de 25.300 vehículos, pero Seat espera un mes de enero "en positivo" y tiene buenas expectativas para este año, como constatan los planes de producción para 2019 en la fábrica de Martorell (Barcelona), por encima de los 550.000 vehículos.
El Seat León sigue siendo el modelo estrella, seguido por el Ibiza y los SUV Arona y Ateca. La firma está mejorando su rentabilidad gracias a que uno de cada tres coches vendidos el año pasado fue un SUV, y prevé insistir en esta línea con la inminente llegada a los concesionarios del Tarraco, el primer SUV de grandes dimensiones de Seat. Otra de las apuestas para conseguir mejores márgenes y nuevos clientes es la marca Cupra.
Alemania se mantiene como principal mercado para Seat, por delante de España, donde la automovilística recuperó en 2018 el liderazgo del mercado -perdido en 2011- . La buena respuesta del público europeo hizo que Seat haya crecido a doble dígito por segundo año, con ventas récord en Alemania, Reino Unido, Austria, Suiza, Israel y también Ma-rruecos. Argelia es otro destino que crece con fuerza.