
El exvicepresidente segundo de CatalunyaCaixa (CX) Antonio Llardén justificó ayer las subidas de sueldos a los exdirectores de la entidad Adolf Todó y Jaume Massana como una forma de "mantener al timón un equipo directivo potente" que pudiera afrontar la fusión de las cajas preexistentes y la crisis económica, a pesar de que la entidad estaba a punto de recibir una inyección.
El actual presidente ejecutivo de Enagás señaló que los incrementos se realizaron en base a un informe de la consultora Hay Group, que fijaba en 800.000 euros la retribución media para los altos directivos del sector financiero.
Al declarar ayer ante la Audiencia de Barcelona, Llardén dijo que la decisión del consejo de administración del 19 de enero de 2010 -única decisión por la que él está acusado-, que subió al salario fijo y variable de Todó y Massana, fue "razonada y no arbitraria".
El exconsejero de la entidad Joan Manel Pla explicó, en la línea de Llardén, que decidieron aprobar las subidas salariales ante "el riesgo" de que el equipo directivo no continuara si consideraba que su sueldo no era adecuado a la mediana del sector, tal como preveía su contrato.