Cataluña

Los hoteles de Barcelona pierden un 14% de facturación

  • Alertan del deterioro de reputación de la ciudad y del perfil de los turistas
  • Urgen a la Generalitat y Colau a actuar contra la inseguridad e incivismo
  • La caída acumulada de la facturación desde enero es del 9,6%
Turistas con maletas. Efe
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Los hoteleros de Barcelona se han visto obligados a bajar precios para sostener la ocupación este verano, por lo que han reducido un 14 por ciento la facturación en los meses que tradicionalmente concentran el máximo negocio del año: julio y agosto.

El presidente del Gremio de Hoteles, Jordi Clos, detalló que la caída de ingresos fue del 7,3 por ciento en julio y del 20 por ciento en agosto, con los establecimientos de mayor categoría como los más afectados. De enero a agosto, la reducción acumulada de la facturación es de un 9,6 por ciento, mientras que la ocupación es un 2,5 por ciento inferior, pese al descuento en el precio medio de las habitaciones.

"Nos preocupa que sea una tendencia", lamentó, porque Barcelona está perdiendo reputación en el mundo. Recordó que la ciudad ha caído del octavo puesto al número quince en el índice internacional City Rep Track, y que países como Estados Unidos, Reino Unido, Alemania y Canadá advierten a sus ciudadanos sobre los riesgos de viajar a la capital catalana próximamente, debido a las movilizaciones políticas previstas.

También incidió en el aumento de la sensación de inseguridad y del incivismo de un perfil de turista de "baja calidad". Ejemplificó que el vídeo del robo de relojes de lujo a turistas se ha convertido en viral en las redes sociales, y que los clientes de los hoteles de las Ramblas se quejan en los foros de Internet sobre el tráfico de drogas.

Apuntó que en 2007 se produjo un repunte de criminalidad en la ciudad, pero que Ayuntamiento y Generalitat se coordinaron para aumentar la vigilancia policial y las bandas de ladrones se fueron. Este año, el gremio solicitó ayuda a ambas administraciones, pero cada una remitía a la otra y no hubo coordinación. "Barcelona tiene una historia de éxito de 25 años. No se tiene que inventar nada, solo se tiene que gestionar bien", resumió Clos.

Agregó que la suciedad de Ciutat Vella se puede combatir con más limpieza, y que el incivismo de los visitantes va ligado al tipo de oferta de alojamiento. Reprochó que el gobierno municipal vete nuevos hoteles mientras proliferan los apartamentos ilegales, y que la Generalitat esté preparando una ley para viviendas compartidas e incluso haya iniciativas privadas para hacer pisos nicho, lo que favorece la llegada de muchos visitantes, pero que dejan poco gasto en la ciudad y muchas molestias, que identificó como causa de la turismofobia y de las quejas de vecinos de zonas turísticas. Este verano tampoco ha ayudado la pelea entre varios manteros y un turista, así como las huelgas en los aeropuertos y las de los taxistas.

Clos emplazó a las administraciones a actuar en todos estos ámbitos para evitar la pérdida de turistas de calidad y atraerlos a la ciudad, ya que su caída supone un efecto arrastre que perjudica a la restauración -"los restaurantes de alto nivel han tenido un verano fatal"-, el comercio y la oferta de ocio, y en consecuencia al empleo.

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