
La Fundación Barcelona Mobile World Capital está en negociaciones con empresas para captar inversiones privadas con las que duplicar las aportaciones y consolidar a la ciudad como sede del Mobile World Congress, tras los disgustos de sus impulsores -la asociación GSMA- en los últimos años. El objetivo es sumar motivos para que el mayor congreso de la ciudad no haga las maletas, ya que no le faltan novias.
En la rueda de prensa previa al congreso de este 2018 a finales de enero, desde la GSMA destacaron que su interés se centra en hacer negocios, no en la política, siempre que no perjudique a sus planes. Así las cosas, la clave para contentarles está en el bolsillo, si bien, hasta ahora, el apoyo económico al congreso ha ido a cargo de fondos públicos, lo que es fácilmente igualable o incluso superable por otras ciudades.
Precisamente con esta idea de atraer fondos privados surgió la Fundación en 2012, aunque hasta ahora, la financiación captada ha sido simbólica, de poco más de un millón de euros anuales de media, frente a 15 millones públicos, que abonan a partes iguales el Ayuntamiento de Barcelona, la Generalitat de Cataluña y el Gobierno central.
Para más inri, en el proyecto de presupuestos de la MWCapital para 2018, consultado por elEconomista, no se prevé donación privada alguna debido al retraso en su renovación como acontecimiento de excepcional interés público. El acuerdo plurianual anterior venció el 31 de diciembre de 2017 y ahora el nuevo Gobierno central está ultimando la nueva declaración, que implica incentivos fiscales, pero ya llegará demasiado tarde para este ejercicio.
Aportaciones de un millón
El ambicioso objetivo de equiparar las inversiones públicas y privadas contempla captar 15 millones anuales con una media de un millón de euros por compañía. De momento, en el patronato de la MWCapital figuran únicamente cuatro empresas: las tres grandes operadoras de telecomunicaciones en España (Telefónica, Vodafone y Orange) y Damm. La cervecera hizo algunas aportaciones iniciales, pero hace años que no participa con financiación; Orange tampoco invierte, y Vodafone ponía unos 150.000 euros anuales. Telefónica ha sido la más comprometida con el evento, con aportaciones de un millón de euros e incluso dos en algún ejercicio.
10 millones para GSMA
Por contra, las exigencias económicas de la GSMA no son baratas, y recibe por contrato alrededor de 10 millones de euros al año, por lo que absorbe gran parte de los 15 millones de aportaciones públicas. Para financiar el resto de iniciativas adicionales al congreso, y ante las reducidas donaciones privadas, la Fundación ha buscado otras vías, como subvenciones europeas (por 111.000 euros en 2017). Con todo, el margen que queda tras pagar a la GSMA es limitado, de forma que el resultado del ejercicio 2017 fue de algo menos de 152.000 euros, y en 2018 prevé 104.000 euros. En siete años de vida de la Fundación, su excedente a cierre de 2018 se calcula de 3,5 millones, que guarda para "hacer frente a posibles pérdidas", según sus cuentas.
La MWCapital soporta iniciativas deficitarias para favorecer que Barcelona sea un hub tecnológico internacional, mientras que con otras consigue ingresos cobrando a sus participantes. En cualquier caso, ahora el 80% de sus ingresos son públicos.
Malas experiencias
En el lado negativo de la balanza figuran huelgas de transporte como la de 2016, que provocó colapsos al intercalarse paros del metro y de los autobuses. También generó inquietud entre los organizadores la incertidumbre política, económica y social derivada del referéndum independentista del 1 de octubre de 2017, y desde la GSMA pidieron entonces un entorno "estable y seguro" para continuar en la capital catalana. De hecho, la edición de 2018 estancó visitantes, rompiendo más de una década de récords de asistentes año tras año, y todavía hay alrededor de un 15% de espacio expositivo disponible para el Mobile de 2019, que la GSMA publicita con el reclamo de grandes firmas ya seguras. El contrato vigente estipula que Barcelona celebrará el Mobile hasta 2023, pero si se repiten los problemas la GSMA lo podría cancelar, y también está sobre la mesa la elección de sede más allá de 2023, que se decide con años de antelación.
La joya de la corona para la capital catalana
El Mobile es el principal congreso que acoge Barcelona, con 107.000 asistentes en la última edición, que dejó un impacto económico de 471 millones, por lo que, pese a las diferencias políticas entre el Ayuntamiento, la Generalitat y el Gobierno central, en este tema van a una. Además, la MWCapital, en la que participan las tres administraciones junto a la GSMA y Fira de Barcelona, ha ideado eventos paralelos para reforzar la sede, como el consolidado 4YFN, y prepara un nuevo foro de debate digital internacional, además de potenciar el 5G.