Barcelona
La resolución del juez del Tribunal Supremo que instruye la causa contra el procés, Pablo Llarena, de suspender de sus cargos a los diputados investigados por rebelión ha vuelto a poner a los soberanistas en la encrucijada entre la desobediencia al Estado o pasar página de la vía unilateral.
El presidente de la Generalitat, Joaquim Torra, tomó ayer partido en esta disyuntiva al afirmar que no pedirá el acta a ninguno de los seis diputados imputados, ya que la decisión de Llarena "ataca directamente a la soberanía del Parlament" y es "indecente". Antes de su visita a la ministra principal de Escocia, Nicola Sturgeon, el president añadió: "Volvemos a ver de nuevo cómo la separación de poderes en España es un mito".
Tanto JxCat como Esquerra se opusieron ayer a la resolución del juez Llarena e insistieron que debe ser el pleno del Parlament el que decida por mayoría absoluta si suspende a los diputados, según establece el Reglamento de la Cámara catalana.
Por su parte, el portavoz de la CUP, Carles Riera, animó ayer al Parlament a desobedecer la suspensión dictada por el Tribunal Supremo. Igualmente, Riera amenazó al Govern con enseñarle la "tarjeta roja" si persiste en su "diálogo autonómico" con el Ejecutivo español, en referencia a que los diputados de los antisistema son imprescindibles para que los independentistas mantengan la mayoría absoluta en la Cámara catalana.
La Mesa del Parlament se reunirá hoy por primera vez desde que Llarena comunicara la suspensión de los diputados. A pesar de que este tema no estar en el orden del día de la reunión, podría abordarse ante la transcendencia de la situación. Ante la posición soberanista de poner el Reglamento parlamentario por encima de la resolución judicial, los grupos de Cs, PSC y PP se inclinan por acatar la suspensión dictada por Llarena.
Llegan los últimos presos
Los tres líderes independentistas presos que todavía permanecían fuera de Cataluña (Jordi Turull, Josep Rull y Joaquim Forn) llegaron ayer a la cárcel barcelonesa de Lledoners. Entidades sociales y partidos soberanistas se concentraron otra vez frente a la prisión para pedir su liberación.
