Saba celebrará mañana su junta anual de accionistas con la incógnita sobre su futuro accionarial, pese a haber retrasado más de un mes la cita con la intención de que ya estuviese clarificado.
La multinacional catalana especializada en la gestión de aparcamientos tenía prevista la junta para el 9 de mayo, pero la pospuso al 12 de junio aduciendo "un mejor interés social y causas sobrevenidas".
Y es que a mediados de mayo se abría una opción que suponía un punto de inflexión, ya que los fondos Torreal, KKR y ProA podían activar un derecho de arrastre con el que obligar a Criteria a vender la compañía en caso de tener a un tercer inversor interesado en comprar. Además, Criteria podía estar dispuesta a ser la compradora -si consideraba el precio atractivo- debido a que ahora dispone de liquidez tras haber desinvertido en Gas Natural Fenosa y Abertis (ver análisis adjunto).
Todo apuntaba a que el consejo de administración de Criteria decidiría si compraba o vendía en la reunión ordinaria del consejo de administración del 24 de mayo, pero pospuso el veredicto por falta de una oferta formal por parte de los fondos de inversión. Ganaban así tiempo para intentar encontrar a un comprador que ofreciese una cifra superior a la que Criteria está dispuesta a pagar.
Torreal, KKR y ProA llevan años intentando desinvertir, ya que entraron en Saba en 2011, cuando la gestora de aparcamientos se escindió de Abertis, y se vieron atrapados en una participación minoritaria que esperaban haber colocado al cabo de unos años en bolsa.
Saba pretendía salir al parqué "en un plazo de cinco años en condiciones óptimas de mercado", según los planes iniciales, pero las condiciones financieras de los ejercicios posteriores fueron adversas, de forma que la compañía optó por seguir ganando tamaño a la espera de tiempos mejores.
La junta de mañana desvelará los resultados de 2017 y aprobará la distribución de casi 20 millones de euros entre los accionistas, la misma cifra que el año precedente.