La multinacional catalana de perfumería y moda Puig cerró 2017 a las puertas de su ovjetivo del plan estratégico trienal 2015-2017, que preveía alcanzar los 2.000 millones de facturación.
Las ventas se situaron en los 1.935 millones de euros, un 8,1% más, en un año de beneficio récord de 228 millones de euros, un 47% más, por el buen comportamiento del mercado y menores inversiones en el grupo que en años anteriores.
El presidente y consejero delegado de Puig, Marc Puig, ha explicado en rueda de prensa que la fortaleza del euro frente al dólar a finales de año evitó alcanzar los 2.000 millones y, para este 2018, de nuevo los tipos de cambio, así como las nuevas normas de contabilidad internacional, hacen prever que las ventas queden planas, frente a un incremento estimado del 5 por ciento a perímetro constante.
La compañía ha empezado el año vendiendo la marca de tratamiento facial Vitesse al grupo italiano Sodalis, y también ha firmado una alianza con la marca francesa de lujo Christian Louboutin que supone su vuelta a la cosmética, además de querer impulsar fragancias "a medio plazo" bajo dicha licencia.
Puig quiere seguir creciendo por encima de la media del mercado de perfumería y alcanzar los 3.000 millones de facturación en 2025, apostando por la innovación, los países emergentes -que suponen ahora el 44 por ciento de las ventas- y segmentos como las ventas en las tiendas de los aeropuertos.
