
Fira de Barcelona cerró 2017 como cuarto año consecutivo de resultados récord. Desde 2014, año tras año supera los ingresos del anterior, y en 2017 alcanzó los 187,6 millones de euros, frente a los 160 presupuestados y un 24,6 por ciento más que en 2015, año ferialmente comparable.
El aumento respecto a 2016 fue del 12 por ciento, y la previsión para este 2018 es que la entidad vuelva a registrar las mejores cuentas de su historia, superando los 188 millones.
El Ebitda de 2017 fue de 21,2 millones, un 4 por ciento más que en 2016 y un 59,5 por ciento por encima de 2015, y el director general de Fira, Constantí Serrallonga, afirmó que la "situación complicada" del último trimestre no afectó a los salones, pese a que tuvieron que dar explicaciones para tranquilizar a organizadores y expositores.
El presidente de Fira de Barcelona, Josep Lluís Bonet, incidió en que la "visión y ambición" de la entidad es la clave de su éxito, pero advirtió de que para mantenerlo es "condición necesaria" la estabilidad política y social.
Para seguir creciendo, Fira de Barcelona ha recibido un importante espaldarazo del Ayuntamiento, que le adjudicará la gestión del Centro de Convenciones Internacional de Barcelona (CCIB) durante 50 años a partir de 2021, cuando finaliza la concesión actual con GL Events. Así, Fira suma un tercer recinto para acoger ferias, congresos y eventos.
Continuidad del MWC
La alcaldesa de la capital catalana, Ada Colau, mostró ayer "plena confianza" en la continuidad del Mobile World Congress en la ciudad. El congreso de móviles, que en su edición 2018 tendrá lugar la semana que viene, supone casi el 40 por ciento de los ingresos de Fira.
Tiene firmado un contrato de permanencia hasta 2023, pero los organizadores están pendientes de la evolución política catalana porque harán las maletas si no ven asegurado un entorno "estable y seguro" para el evento y sus participantes.