Cataluña

"Pagaremos el daño económico ya hecho durante algunas décadas"

Josep Bou

El jueves se vio en Barcelona algo inédito, empresarios manifestándose en las calles. Empresaris de Catalunya, que agrupa a casi 500 empresas y cuyo presidente es Josep Bou, fue una de las entidades convocantes de la marcha que recorrió el centro de la ciudad para defender la unidad de España. Repasamos con él una semana intensa en lo político y económico.

El lunes su entidad alertó en un comunicado de una "estampida" empresarial de imprevisibles consecuencias...

Estos últimos años, desde 2012, ha habido un degoteo de empresas que han ido saliendo, un saldo negativo que nunca había sido así, pero que no era excesivo ni muy preocupante. Pero los últimos días el goteo se ha convertido en un éxodo, y sobre todo de empresas importantes. No se han llevado las plantas de producción ni las unidades productivas, esto es muy importante, pero lo que sí se ha perdido son 7.000 millones de PIB, mientras que Madrid ha recuperado 4.000 millones y Valencia 2.500 millones. Estamos por detrás por primera vez del PIB de Madrid, que yo tenga memoria, cuando Cataluña tiene un millón más de habitantes. Esto está perjudicando a la economía catalana.

¿Cómo calculan este impacto de Producto Interior Bruto (PIB)?

El grueso es el impuesto de sociedades, aunque no queda alterado a donde se paga, pero hay una serie de impuestos que se deslocalizan y se pagarán donde se radiquen las sedes de las empresas.

¿Cree que volverán las sedes ahora perdidas?

Las que se han ido, donde van serán queridas y bien tratadas y va a costar que vuelvan. Tenemos el precedente del Quebec, de donde se fueron 700 empresas y pocas volvieron, y sufrió una caída del PIB del 15 por ciento. A Cataluña le puede pasar lo mismo. Vamos a ver si en pocos días somos capaces de despejar la inseguridad jurídica de una forma u otra, y eso hay que hacerlo a nivel político.

¿La economía catalana está a tiempo de recuperar lo ya perdido?

Hay una parte del daño que ya está hecho. Lo pagaremos los catalanes durante algunas décadas. El primero en tomar la decisión, el Sabadell, y luego CaixaBank, han hecho lo que tenían que hacer para tranquilizar a sus impositores; si han hecho esto es porque hay un peligro; pero han atemorizado a muchos empresarios. Pueden ser miles de empresas las que se deslocalicen si esta sangría no se corta, porque el nacionalismo está desangrando económicamente a Cataluña. Pasan trenes que se van a perder. La candidatura de la Agencia Europea del Medicamento no se ha retirado, pero la presentación que se tenía que hacer no se ha hecho. Lo tenemos más perdido que ganado en estos momentos. Y el Mobile World Congress tampoco volverá si las cosas van como van, y muchos otros eventos importantes. En un caso crítico sufriremos la falta de consumo, en consecuencia la falta de producción, y en consecuencia despidos, entrando en una espiral.

S&P ve riesgo de recesión en Cataluña si sigue subiendo la tensión...

Las agencias de calificación, cuando dicen esto, normalmente aciertan. Han dejado a la Generalitat como entidad sin ningún crédito, a niveles de Albania, Nigeria o Ruanda. Cataluña sola es totalmente inviable económicamente. Cataluña ya no es en estos momentos solidaria, no puede serlo, y está siendo apoyada por las arcas del Estado. El nacionalismo está donde está por una gran masa social que ha conseguido convencer con datos que no han sido contrastados muchas veces. El poder en Cataluña está en manos de la ANC y la CUP y eso es muy preocupante.

Usted participó en la manifestación de este jueves y aludió a la historia compartida. ¿Ve posible recomponer lo que se ha roto?

Me pidieron que cerrara los discursos e intenté levantar el ánimo, porque la moral es muy importante. No se podía ni salir a la calle, tomada por los extremistas. El nacionalismo se mueve con fuerza, pero no son mayoría. La mayoría del pueblo catalán no está por la secesión, por dividir, fracturar y enfrentar. Nos han dividido desde el Govern.

¿Es partidario de aplicar el artículo 155?

Nos hemos de entender, hemos de hablar, y hacer lo que haga falta, pero en esta situación es difícil entenderse porque lo que se pretende es pactar fuera de la ley. Dentro de los marcos legales, hay que ver qué se puede hacer: una nueva financiación autonómica, gestos, hay que tomar decisiones políticas, porque si hemos llegado aquí es por dejadez de los gobiernos de la nación, del PP y del PSOE, que dependían del apoyo de los nacionalistas en el Congreso. Tienen una carga moral de culpa por omisión. Al desconectarnos de España, si se permitiera, nos desconectaríamos de Europa, y perderíamos la financiación, los capitales huirían, se deslocalizarían las empresas, se perderían mercados importantes, el PIB caería desaforadamente, se incrementaría el paro y aumentarían los impuestos para aguantar el gasto social. Esto sería un drama para Cataluña. El Estado tiene la obligación de socorrer a Cataluña, porque es el 20 por ciento del PIB español.

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