
Sin autor reconocido, y durante el domingo y el Lunes de Pascua, el independentismo puso en marcha en Cataluña una campaña para que los catalanes voten sí a la independencia en el hipotético referéndum de ruptura que todavía no se ha convocado.
La iniciativa, que consistió en repartir síes gigantes por diferentes puntos de la geografía catalana y que juega con la ambigüedad de sólo apoyar la celebración de la consulta, podría proceder de la sociedad civil soberanista, ya que fue el presidente de la Asamblea Nacional Catalana (ANC), Jordi Sànchez, quien recopiló en su cuenta de Twitter el domingo varias imágenes de la misma. La televisión pública catalana, asimismo, se hizo eco, y también miembros del Gobierno catalán y diputados.
Así, tanto Carles Puigdemont, presidente de la Generalitat, como Oriol Junqueras, vicepresidente y conseller de Economía, la apoyaron públicamente en sus cuentas personales en Twitter. Sin embargo, la cuenta oficial del Govern en dicha red social no hizo ninguna referencia; probablemente para esquivar que un gesto de este tipo pudiera interpretarse como un acto de desobediencia hacia el Tribunal Constitucional. Evitar el riesgo de inhabilitación en la organización del referéndum -el Constitucional ha notificado a todo el Ejecutivo catalán que debe impedir cualquier iniciativa que impulse la consulta de ruptura- ya ha provocado una crisis interna en el Govern, que se encuentra paralizado mientras valora cómo convocarlo. En esto último, las entidades independentistas no pueden sustituirle.
Un momento crítico
Tras la crisis de la semana pasada, cuando se filtraron unas declaraciones en las que el PDeCat reconocía que si fracasa el procés, realizaría una propuesta autonómica, ERC demandó unidad para impulsar el referéndum y recordó que dentro de dos meses será cuando se establezca la fecha. Vía Twitter, Gabriel Rufián, diputado en el Congreso de Esquerra, abrió el debate de que debía ser toda la lista electoral de JxSí la que suscribiera el referéndum.
La estrategia del partido que lidera Oriol Junqueras parece que pasa por tratar de repartir las responsabilidades de la convocatoria, ya que los diputados que no forman parte del Gobierno catalán, ni de la mesa del Parlament, no han sido notificados por el Constitucional. Por tanto, a priori, no estarían obligados a frenar el referéndum ilegal.
En paralelo, el Gobierno catalán continúa buscando apoyos al referéndum. Neus Munté, en entrevista a Efe, explicó este fin de semana que quiere pactar con Ada Colau y el nuevo partido de los Comunes la pregunta de la consulta. La alcaldesa de Barcelona, que participa en el Pacto Nacional por el Referéndum, siempre ha defendido que este debe pactarse con el Estado para que tenga validez y que impulsarlo sin garantías sería repetir el 9-N. Este fin de semana, en una entrevista, Colau ha admitido que no era "independentista".