Cataluña

Puigdemont se juega desde hoy la legislatura de la 'desconexión'

  • Arrancan los debates de las secciones presupuestarias en el 'Parlament'
  • Las negociaciones siguen enquistadas en fiscalidad y educación

Esta mañana arrancan los debates de las diferentes secciones presupuestarias con las negociaciones entre 'JxSí' y la CUP enquistadas. Pero Oriol Junqueras se guarda un as en la manga de 550 millones

Ya no hay escapatorias ni subterfugios posibles. Esta semana se inicia la recta final en la negociación de los Presupuestos de la Generalitat. Unas cuentas que decidirán el devenir de la legislatura y el rumbo del procés. La decisión está en manos de la CUP, que dará su respuesta definitiva en su consejo político del próximo 28 de enero.

La recta final no se encara con la mayor sintonía posible. Las negociaciones entre los anticapitalistas y Junts pel Sí, lideradas por el vicepresidente, Oriol Junqueras, están paralizadas, según denuncia la CUP. La diputada que asiste a los encuentros, Eulàlia Reguant, aseguró que hay "poca implicación" y que una parte del PDeCAT "bloquea sus propuestas". De hecho, Reguant aprovechó e hizo un guiño al propio Puigdemont para que "se arremangue" y entre directamente en la negociación, ya que con él tienen más afinidad que con el líder de ERC. La diputada cupaire explica que su grupo y el president tienen una visión cortoplacista para lograr la independencia, pero no lo ven tan claro con Junqueras.

El pasado viernes, este último invitó a la CUP a una reunión "formal" el próximo 18 de enero, por lo que esta semana será clave para desbloquear o acelerar las negociaciones. Los asuntos más polémicos siguen siendo la fiscalidad y los 150 millones más en educación. Estos dos únicos puntos centrales distan del gran abanico de propuestas que pedía la CUP en el pasado, y en las que ha ido cediendo, como con el nuevo proyecto de BCN World.

Antes, concretamente hoy, Puigdemont concretará sus prioridades y si entrará en las negociaciones, ya que dará una conferencia esta noche en el Teatro Romea.

Empiezan los debates

En medio de estos encuentros formales, esta semana también se vivirán las tensiones por las negociaciones con todos los partidos en el Parlament. Aunque no hay pleno, desde hoy y hasta el 20 de enero se celebrarán los debates a la totalidad de cada una de las partidas presupuestarias por departamentos, que tendrán lugar en sus respectivas comisiones.

En estas reuniones, el conseller de cada sección expondrá las líneas básicas de su partida, y los diferentes grupos parlamentarios explicarán sus posiciones por turnos. Será entonces cuando tendrán que votar sobre la totalidad del presupuesto de cada conselleria. En otras ocasiones, estas votaciones serían un mero trámite, ya que nunca se ha tenido que retornar el presupuesto de ninguna sección. Pero la falta de apoyos que sufre Junts pel Sí, y que ha hecho que haya perdido hasta 150 votaciones en el Parlament por la poca estabilidad de su pacto con la CUP, hace que esta posibilidad, que nunca se había dado, pueda producirse.

Si una de las partidas de algún departamento no consigue ser aprobada, ésta tendría que retornarse al pleno para volver a ratificarse. Sería entonces cuando el Govern tendría que presentar una nueva propuesta para aprobarla en el pleno, pero todo el Presupuesto quedaría paralizado. El Govern prevé publicar el Presupuesto final con todas las partidas aprobadas el 2 de febrero, pero además del no acuerdo con la CUP, que es la única dispuesta a aprobar unas cuentas que tienen como claro objetivo llevar a Cataluña hacia la independencia, existen otras amenazas que retrasarían esa fecha.

Los partidos constitucionalistas como el PP, Ciudadanos o el PSC, podrían pedir un dictamen a la Comisión de Garantías Estatutarias para comprobar si algunas partidas, como la que se destinará a las relaciones exteriores, es legal.

En ese caso, el Consejo de Garantías tendría un mes de margen para dar respuesta, por lo que en ese lapso de tiempo tampoco se podrían aprobar las cuentas finales.

Una importante última carta

Pero Junqueras tiene un as en la manga para asegurarse el apoyo de la CUP. Para evitar aumentar el gasto y descuadrar el proyecto de Presupuestos, el vicepresidente cuenta con dinero extra. Por una parte, tiene 220 millones de euros más después de que el Consejo de Política Fiscal y Financiera ampliara el techo de déficit una décima. Por otra, contaría con una última carta, que son los 330 millones del fondo de contingencias. Estos estarían reservados a sucesos imprevistos, como una subida de sueldos de los funcionarios, algo que a priori no es tan evidente como la sentencia del Tribunal Supremo sobre Aigües Ter-Llobregat (ATLL), cuya provisión no se ha hecho y que alcanzaría los 300 millones. Lo cierto es que esta partida ha aumentado un 65 por ciento en comparación a 2015, y, en un momento concreto, podría destinarse a alguna demanda de última hora-como podrían ser los 150 millones que pide la CUP en educación- . Aunque fuentes de vicepresidencia aseguran que "tiene que estar muy justificado", el procedimiento es simple. El departamento demandante solicitaría a Economía la transferencia, cuya ratificación recae sobre el Govern.

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