
Seat coge velocidad para acabar su segundo año consecutivo en positivo, algo que no sucedía desde hace ocho años. La firma española del Grupo Volkswagen ha cerrado los primeros nueve meses del año con un beneficio de 137 millones de euros, lo que multiplica por 11 las ganancias registradas en el mismo periodo de 2015, cuando ganó 12 millones de euros.
Este aumento tan significativo del beneficio se debe a una constante que se viene produciendo en los últimos años, como es la subida de las ventas de vehículos con una mayor rentabilidad por unidad, además de al programa de reducción de costes que desde hace años tiene en marcha la marca que preside Luca de Meo. El culpable de la gran mejora de la firma es, en parte, el reciente lanzamiento de su primer SUV, el Ateca. Este vehículo fabricado en la factoría de Sköda en Kvasiny (República Checa) ha superado todas las previsiones y se ha sumado al aumento de la demanda del Alhambra, que se produce en Palmela, Portugal.
Estos dos modelos, además de sus estrellas, como el León y el Ibiza, han impulsado la facturación de Seat un 2,3 por ciento, hasta los 6.535 millones de euros hasta septiembre. Las ventas a clientes también crecieron un 1,5 por ciento, con 312.900 vehículos entregados; una cifra que ha tenido un impacto positivo durante el tercer trimestre gracias al empujón del 4,5 por ciento que ha provocado el lanzamiento del Ateca.
Sin embargo, en los vehículos facturados a importadores, las ventas descienden en 4.000 unidades; o un 1 por ciento, hasta las 400.000. Esto se debe a las obras en la plataforma de fabricación del Ibiza, que ha hecho que se produzcan menos coches, según señalan desde la compañía. La cifra de ventas a importadores es mayor que la de entregas a clientes, porque en este cómputo se suma el Audi Q3, fabricado en Martorell. El Grupo Volkswagen registró un beneficio 5.915 millones, un 48 por ciento más, ya que en el periodo de comparación sufrió el impacto del Diéselgate.