
La distribuidora de café Bou prevé aumentar un 30 % su facturación, hasta los 12 millones de euros, en los tres próximos años gracias a la venta de cápsulas en el sector de la hostelería, la restauración y el cáterin.
La compañía, con sede en L'Hospitalet de Llobregat, lanzó sus cápsulas profesionales el pasado mes de junio después de invertir 1,2 millones en una nueva planta en la ciudad barcelonesa para fabricar este producto.
El consejero delegado de la compañía, Carlos Gustavo Gotor, ha asegurado que los más de 4.000 clientes que tiene actualmente Bou han respondido "muy bien" al lanzamiento del nuevo producto.
Este, ha precisado, es especialmente indicado para los establecimientos donde no se hagan muchos cafés -una vez molido pierde sus propiedades en poco rato- y para las franquicias que quieran garantizar que el café sabrá igual en todos sus puntos de venta.
Es precisamente este punto, la posibilidad de garantizar el mismo café, lo haga quien lo haga, el que ha decidido a la compañía, fundada en 1957, a dar un paso adelante en la exportación, que actualmente representa el 3 % de la facturación.
"Entendemos que la cápsula es un formato de gran aceptación en el mercado europeo", ha sostenido Gotor, que ha detallado que actualmente la compañía ya vende en Croacia, Suiza, Portugal y Reino Unido, y quiere llegar a otros puntos como Francia y Alemania.
Uno de los puntos fuertes de estas cápsulas, disponibles en diferentes profesionales es que son compatibles con las máquinas de café que se usan en el sector de la hostelería para hacer cafés a partir de grano molido, por lo que los clientes que quieran hacer el cambio solamente tendrán que hacerse con un adaptador.
En cuanto a sabores, la gama lanzada este verano incluye tres tipos de cápsulas, con matices afrutados, de caramelo y de chocolate, además de las de café descafeinado.
Gotor ha rechazado que las empresas vayan a tener un sobrecoste si deciden cambiar el café molido por las cápsulas, ya que su mayor precio queda compensado por el hecho de que se aprovecha mejor el producto porque no quedan "restos" como en los molinillos.
En este sentido, ha subrayado que la compañía "se ha tenido que dotar de la tecnología más puntera" para conseguir unas cápsulas que mantengan los aromas, el sabor y la cremosidad del café que Bou ha ofrecido a lo largo de su historia.
Concretamente, la compañía invierte el 10 % de su facturación anual a I+D y también ha adquirido recientemente un edificio de oficinas en Madrid donde crearán un centro de formación y una plataforma de servicio técnico, entre otros.
Bou Café, que tiene una plantilla de más de medio centenar de personas, cerró el 2015 con una facturación 8,7 millones y prevé superar los 9 al cierre de este año.