Un mes y medio después de que la junta de accionistas de BPI decidiera posponer la votación del desblindaje de la entidad lusa, sigue sin existir visibilidad sobre si saldrá adelante. Eliminar esta limitación estatuaria es una de las condiciones a la que está ligada la oferta de adquisición (opa) que tiene sobre la mesa CaixaBank.
Está previsto que a las 11 de la mañana los accionistas de BPI -del que el banco español controla un 45,16 por ciento- vuelvan a reunirse. La intención inicial de esta junta era votar el desblindaje, pero, a la hora de cierre de esta edición, no se sabía si, finalmente, se llevaría adelante debido a la falta de una resolución judicial.
La junta del pasado 22 de julio se pospuso porque uno de los accionistas del BPI, Tiago Violas Ferreira, había presentado una providencia cautelar contra la votación del desblindaje, aplicando la nueva normativa del Gobierno de Portugal. En abril, el Ejecutivo galo aprobó un decreto en el que instaba a ciertas entidades financieras con limitaciones en los derechos de voto a someter a la junta su posible eliminación. La novedad es que, con esta nueva ley, todos los accionistas votarían de acuerdo a su participación total en el capital, y no por una parte. En el caso de BPI, este decreto permite a CaixaBank votar por la totalidad del capital que ostenta y no por el 20 por ciento que computa cuando se aplica el blindaje.
A menos que a lo largo de la mañana se conozca la decisión judicial, la situación se complica para BPI, que ayer cayó en bolsa un 3,04 por ciento. Sin esta resolución, la junta podría volver posponerse, a la espera de que los tribunales se pronuncien sobre la providencia de Violas Ferreira -BPI comunicó el 23 de agosto que había presentado las alegaciones pertinentes-. Otro retraso, además, incrementa la incertidumbre y añade presión, ya que, el BCE, en un principio, sólo había dado hasta octubre a CaixaBank para que encontrara una solución a la exposición del luso a Angola.
Otra alternativa, es que la junta sólo vote el desblindaje, pero con las limitaciones estatuarias. En este caso, CaixaBank necesitaría el apoyo de Santoro, vehículo inversor de Isabel dos Santos. La angoleña siempre se ha opuesto al desblindaje de BPI, luego tendría que cambiar de opinión.