El Gobierno luso no se ha quedado con los brazos cruzados ante el nuevo plante que Isabel dos Santos ha dado a CaixaBank y BPI.
El Gobierno luso no se ha quedado con los brazos cruzados ante el nuevo plante que Isabel dos Santos ha dado a CaixaBank y BPI. Según varios medios lusos, Portugal ha allanado el camino para que el banco español lance una oferta pública de adquisición (opa) sobre el portugués y que no se encuentre con el rechazo de la empresaria. Para ello, el Consejo de Ministros luso aprobó el pasado jueves una ley que permite eliminar los derechos de voto en entidades como BPI, en previsión de que Dos Santos volviera a bloquear el acuerdo, tal como ha sucedido.
Actualmente, en el caso del banco luso están limitados al 20 por ciento y para CaixaBank su suspensión siempre ha sido un elemento clave para cualquier tipo de oferta. De hecho, en 2015, el banco presidido por Isidro Fainé retiró su opa sobre BPI justo porque la junta de accionistas decidió no aprobar el cambio estatuario que le haría valer todos sus derechos políticos (controla un 44 por ciento del capital del luso). En aquella ocasión ofreció 1,329 euros por cada título de BPI. El último cierre en bolsa del luso ha sido de 1,191 euros.
Otra negociación perdida
Ayer los diarios portugueses difundieron la información sobre el decreto que el Gobierno había aprobado in extremis, después de que BPI comunicara al regulador bursátil unas horas antes que Isabel dos Santos, segunda principal accionista del banco,había roto el acuerdo alcanzado con CaixaBank una semana antes. La empresaria, que controla el 18,6 por ciento del capital a través de Santoro Finance, puso sobre la mesa condiciones que cambiaban el fondo del acuerdo.
Con el decreto, el Gobierno de Portugal, que públicamente todavía pedía el domingo a las partes que llegaran a un acuerdo (véase noticia en esta misma página) impide que el quinto banco del país se enfrente a problemas con el regulador.
El Banco Central Europeo (BCE) había dado al portugués hasta el 10 de abril para presentar un plan con el que reducir su exposición a Angola. Previamente, Isabel dos Santos había bloqueado en junta de accionistas la disgregación de los negocios africanos de BPI en otra compañía, que cotizaría en bolsa, poniendo a BPI contra las cuerdas.
Con el decreto que ha aprobado el Ejecutivo portugués, BPI podría retomar estos planes, teniendo en cuenta que la operación ya estabaplanificada y tras el fallo en las negociaciones con Dos Santos, que, en principio, iba a adquirir el negocio angoleño de BPI.
Al menos así lo pareció el pasado 10 de abril. Hace apenas una semana,BPI había anunciado que CaixaBank y Santoro habían llegado a un acuerdo para encontrar una solución a la alta exposición del banco a Angola. La operación acordada entonces y que finalmente Isabel dos Santos bloqueó (cuyos términos nunca se concretaron oficialmente), contemplaba la venta de la participación del 50,01 por ciento de BPI en Banco de Fomento de Angola (BFA) a Dos Santos.
En paralelo, el español compraría el 18,6 por ciento del capital de BPI, por lo que su participación superaría el 62 por ciento, siempre y cuando se eliminara la condición estatuaria, que limita al 20 por ciento los derechos de voto en el banco. Posteriormente, CaixaBank lanzaría una oferta de adquisición por la totalidad del capital de BPI.
La mala jugada de Dos Santos
El propio BPI reconoció ayer que incluso antes de la nueva ruptura de las negociaciones por parte de Santoro,había dado luz verde a la convocatoria de la junta, con lo que se pone de manifiesto que el máximo órgano de gestión apoyaba la operación. La duda es qué hará ahora Dos Santos. Sin la limitación de voto que soporta el BPI pasa a ser una inversora financiera. La no aceptación de una oferta de compra por parte de CaixaBank la convertiría en un accionista incómodo, pero que no podría intervenir en las decisiones políticas de la entidad.
Además, Santoro controla el porcentaje de capital que no tiene BPI en BFA, por lo que cualquier decisión que tenga que ver con este banco, la afecta muy directamente. Según la prensa portuguesa, de hecho, una de las claves de la ruptura del acuerdo es que Dos Santos quiere que BFA cotice en Portugal.
Según JPMorgan, ante la posibilidad de que acuda la totalidad del capital de BPI a una oferta de compra, CaixaBank no debería ofrecer más de 1,27 euros por acción de BPI si quiere mantener sus ratios de solvencia dentro de los rangos a los que se ha comprometido con el mercado.