La Generalitat de Cataluña vuelve a recurrir a argucias legales para burlar al Tribunal Constitucional (TC), que ha suspendido parte del decreto con el que el Gobierno catalán dio vida a la conselleria de Exteriores que lidera Raül Romeva y cuyas competencias entran en conflicto con las del Gobierno central.
Lo cierto es que, si hace unas semanas el presidente catalán, Carles Puigdemont, aseguraba que no pondría Tipp-ex a la tarjeta de presentación de Raül Romeva y se negaba en rotundo a cambiar los denominativos legales, parece que finalmente sí tendrá que sacar el corrector y tachar al menos el nombre de la conselleria.
El Govern ha aprobado su modificación, que si antes era "de Asuntos Exteriores, Relaciones Institucionales y Transparencia", se ha pasado a denominar "de Asuntos y Relaciones Institucionales, Exteriores y Transparencia".
Todo, según ha indicado Romeva, con la intención de ?seguir con la línea con la que estábamos trabajando hasta ahora, no varía ni el contenido ni las funciones?. De hecho, Romeva sí mantendrá su cargo como conseller de Asuntos Exteriores. Desde el Govern se considera que la acción del Constitucional "intenta pararlos", pero Romeva asegura que "no lo lograrán".
JxSí pasa el rodillo
Por otra parte, la Mesa del Parlament (órgano que rige la actividad parlamentaria) aprobó la creación de las tres ponencias conjuntas de ley para elaborar la Hacienda, Seguridad Social y Transitoriedad Jurídica catalana.
Aunque los letrados de la propia cámara desaconsejaron estas ponencias, JxSí impuso su mayoría absoluta en la Mesa para iniciar la elaboración de las leyes. Y tienen el futuro a priori garantizado.
Estas leyes seguirán adelante con toda seguridad, ya que tanto JxSí como la CUP procuraron acaparar todas las presidencias y secretarías de estas comisiones. La oposición ya ha mostrado su desacuerdo y recurrirá al Constitucional por diversas vías.
