No había ayer buenas caras en la sede de Convergència, rebautizada como Democràcia i Llibertat. El partido de Artur Mas veía como la alta participación, que ellos mismos habían pedido, se convertía en una píldora envenenada. Un 70,98 por ciento de los catalanes votó ayer y lo hizo para castigar a Convergència, que obtuvo su peor resultado desde 1979.
Democràcia i Llibertat consiguió apenas ocho escaños. Unió, que se presentaba individualmente, ni siquiera obtuvo un escaño en el Congreso. En las elecciones de 2011, CiU obtuvo 16 escaños.
Josep Antoni Duran i Lleida, líder de Unió, explicó anoche que sentía que no "había sido capaz de recuperar la confianza de los electores" y que los resultados habían sido mucho peores que los obtenido el 27 de septiembre, donde tampoco obtuvo representación. Añadió que "asumirá sus responsabilidades".
Por su parte, Francesc Homs, cabeza de lista de Democràcia i Llibertad, valoró positivamente los resultados, porque "Cataluña tendrá numerosos representantes en España que defenderán la independencia". Asimismo, se comprometió a no defraudar a quienes les habían votado y añadió que los escaños conseguidos eran suficientemente buenos, para el "contexto" en el que se habían logrado. Artur Mas profundizó en esta idea e insistió en que los ocho escaños logrados se habían obtenido en una situación "muy complicada" para el partido, que estaba siendo atacado por "los grandes poderes" del Estado español. Asimismo, quiso destacar que el "derecho a decidir" había salido reforzado.
Más recordó a Podemos y a En Comú Podem que se habían comprometido a no apoyar la investidura de un presidente que no estuviera dispuesto a permitir que los catalanes votaran sobre su permanencia o no en España.
Trasvase de votos
La pérdida de apoyo a CDC ha ido a parar a manos de ERC, su socio en Junts pel Sí. El partido de izquierdas ha conseguido nueve escaños. Es su mejor resultado desde que se presenta a las elecciones generales españolas y triplica el número de escaños de 2011.
Gabriel Rufián, cabeza de lista de ERC, destacó que "el PP se había convertido en un partido residual en Cataluña". Asimismo, felicitó a Podemos por el resultado obtenido e insistió que les "esperan", en un claro gesto de acercamiento, aunque ERC quiso dejar claro que no está dispuesto a frenar el desafío soberanista.
En este sentido, Oriol Junqueras, presidente de ERC, insistió en que el único referéndum que acepta su partido es el que se realice dentro de unos meses en Cataluña tras haberse iniciado el proceso independentistas.
No obstante el auge de ERC, estos resultados reducen la representatividad conjunta de Convergència y ERC en el Congreso de los diputados español. Conjuntamente, ostentan 17 escaños, dos menos de los que habían tenido en la anterior legislatura. La CUP no concurría a las elecciones generales y parte de sus votos se han repartido entre ERC y En ComúPodem.
La formación asamblearia había pedido la abstención, pero la alta participación registrada es un síntoma de que muchos de sus votantes no se quedaron en casa. Aún así, los resultados obtenidos por las fuerzas rupturistas han sido pobres, ya que los partidos constitucionalistas (Ciudadanos, En Comú Podem, PP y PSC) han obtenido muchos más escaños.
En total, 30 escaños (2,4 millones de votos), frente a los 17 (1,16 millones de votos) que suman Democrácia i Llibertad y ERC, de los 47 escaños que repartía Cataluña. Además, el apoyo ha caído. En las elecciones autonómicas del pasado 27 de septiembre, Junts pel Sí consiguió un 39,59 por ciento de los votos. En las generales celebradas ayer, sólo les apoyaron menos de un 31 por ciento de los catalanes.
Son unas cifras que, cuando menos, invitan a la reflexión, especialmente a Convergència, cuya caída ha sido muy significativa, salpicado por los casos de corrupción y por las negociaciones con la CUP, cuyo ideario político está muy lejos del que tradicionalmente ha impulsado el partido liderado por el president en funciones Artur Mas.
Los pactos ya alcanzados con la formación de extrema izquierda que se incluyeron en la resolución rupturista que aprobó el parlamento catalán el pasado 9 de noviembre, han provocado el rechazo del Círculo de Economía y de una buena parte de los consellers de CDC. El resultado de las urnas ha confirmado que, para muchos catalanes, las negociaciones y el desafío soberanista ha cruzado una línea roja que no se debía atravesar.
Un giro hacia la izquierda
El gran triunfador anoche fue En Comú Podem, que ha obtenido 12 escaños. Este partido, marcadamente de izquierdas, integra al partido de Ada Colau, alcadesa de Barcelona, con los votantes de Catalunya Sí que es Pot y con Podemos, entre otros. Según explicaron anoche, su intención es tener un grupo propio en el Congreso español.
Podemos ha dado mucho protagonismo a Cataluña en su campaña. Se ha comprometido a impulsar un referéndum en el que los catalanes decidan si quieren continuar dentro o fuera de España. Iglesias, no obstante, ha explicado que prefiere que Cataluña siga formando parte de España y que el referéndum será una condición de pacto para gobernar con cualquier otro partido, como, por ejemplo, el PSOE, que en su programa sólo defiende el federalismo económico.
El propio Pablo Iglesias explicó anoche que los resultados validaban un ?cambio de sistema?, en el que se incluía el reconocimiento de que España era plurinacional y que había que replantearse el modelo autonómico. Por otra parte, a nivel económico, Podemos ha incluido en su programa realizar inversiones en infraestructuras valoradas en 4.000 millones de euros.
De cinturón rojo a morado
En todo el área metropolitana de Barcelona, el antiguo cinturón rojo del PSC que aglutina plazas históricamente socialistas como Cornellà, L?Hospitalet o Badalona han mutado al lila de Podemos. Los resultados por circunscripciones han sufrido un cambio radical.
En Barcelona, de los 2,6 millones que votaron, un 26 por ciento se decantó por la marca de Podemos en Cataluña (En Comú Podem) que le ha permitido sumar 9 diputados de los 12 que ha logrado. Asimismo, en Barcelona, ERC ha logrado cinco de sus nueve diputados.
Otro de los varapalos más destacados en esta circunscripción es para Convergència (Democràcia i Llibertat), que si en 2011 ganó nueve diputados en la Ciudad Condal de los 16 que obtuvo para ir al Congreso, ayer se quedó sólo con cuatro (al mismo nivel que el PP). En este contexto de altibajos ha emergido Ciudadanos con cuatro diputados.
En Tarragona, el reparto de escaños se mantuvo en proporción, y es que si en 2011, CiU, PSC y PP consiguieron dos diputados cada uno, ahora el pastel se ha dividido en muchas más parte,s pero también iguales. Por lo que, todos los partidos consiguieron un diputado por la circunscripción tarraconense, siendo Podemos la más votada.
Las dos circunscripciones más independentistas, como son Girona y Lleida, son las que más han ayudado a sumar tanto a ERC como Democràcia i Llibertat (CDC). En ambas provincias, la fuerza más votada fue la marca de Convergència en primer lugar y ERC en segundo. Sin embargo, en Girona, la formación de Pablo Iglesias ha logrado sacar un diputado y superar al PSC con un 16 por ciento de los votos. Por otra parte, Democràcia i Llibertat ha perdido un escaño que se ha quedado Esquerra.