
El Govern en funciones ha aprobado la prórroga de los Presupuestos de la Generalitat de este año para 2016 ante la imposibilidad de formar gobierno por la falta de acuerdo entre Junts pel Sí y la CUP. A pesar de no poder diseñar un nuevo plan de gasto, la vicepresidenta de la Generalitat, Neus Munté, ha explicado que estos presupuestos "garantizan el normal funcionamiento de la administración y de los servicios, ya que el gasto se mantiene intacto".
No obstante, la realidad es que la prórroga de presupuestos limita de manera muy significativa las posibilidades de gasto que puede poner en marcha el Govern. Por ejemplo, no permite incluir nuevos proyectos o aumentar el gasto.
En lo que sí existe cierto margen de maniobra es en la reasignación del gasto. Según explican fuentes de la Generalitat, se pueden mover gastos de unas partidas a otras, siempre que el gasto siga siendo el mismo. Asimismo, estas mismas fuentes explican que también pueden asignar a partidas que ya estén incluidas los 1.862 millones de euros de más que los Presupuestos Generales del Estado de 2016 han asignado a Cataluña.
Poco margen de maniobra
La prórroga presupuestaria, a efectos prácticos, no compromente la retribución de los funcionarios ni tampoco corren ningún riesgo los pagos del día a día, pero no soluciona el problema de financiación que sufre Cataluña. Colectivos como el farmacéutico, la sanidad o las escuelas concertadas vuelven a exponerse a un año de retrasos, ya que Cataluña no puede asignarles, realmente, el presupuesto que les corresponde. Las farmacias son un ejemplo muy evidente: aunque el gasto medio farmacéutico nunca es inferior 1.350 millones anuales, sólo se presupuestan 900 millones. Este problema lleva años subsanándose con el FLA extraordinario.
Justo hoy se espera que el Ministerio de Hacienda apruebe la distribución de 3.034 millones de euros de este fondo correspondiente a 2015. Además, la Generalitat tampoco podrá modificar las partidas de Inversiones reales, que tiene un presupuesto de 1.200 millones y que incluye la adquisición de bienes materiales o inmateriales.
Tampoco podrá tocar el capítulo de transferencias de capital (440 millones), en el que se incluye la construcción de inmuebles, la compra de vehículos, mobiliario, máquinas o software informático. Y otra de sus limitaciones estará en las variaciones de activos financieros (596 millones). Es decir, en créditos destinados a la adquisición de activos financieros que puedan ser representados en títulos o valores.
La Generalitat ya prorrogó los presupuestos de 2012 para 2013, cuando CiU perdió la mayoría en las elecciones y necesitó a ERC para gobernar. En aquel caso, la Generalitat se limitó a adaptar en agosto el objetivo de déficit que le marcó España. De hecho, los retrasos de los presupuestos han sido una constante, pues el Gobierno de Artur Mas nunca ha empezado el año con los presupuestos preparados. Si no hay pacto con la CUP y hay nuevos comicios, Cataluña podría enfrentarse a un nuevo 2013.