El jueves 3 de diciembre, después de que la bolsa hubiera cerrado, CaixaBank anunciaba que había alcanzado un acuerdo con Criteria. El banco explicó que había acordado vender a su matriz sus participaciones en el asiático Bank of East Asia (BEA) y en el mexicano Grupo Financiero Inbursa (GFI), de los que controla un 17,24 y 9,01 por ciento, respectivamente. A cambio, CaixaBank recibirá un 9,9 por ciento de su propio capital, que está en manos de Criteria, y 642 millones de euros en efectivo.
Ayer, casi una semana después de aquel anuncio, Fitch emitía una primera valoración sobre la operación de reestructuración. La agencia de calificación adelantó que revisará el perfil crediticio de CaixaBank y de Criteria una vez que la transacción esté más avanzada y que se conozcan más detalles, pero que su primer análisis es bueno.
Fitch cree que la venta de estas dos participaciones mejora la exposición al riesgo de CaixaBank y que el impacto en beneficios que supone su pérdida se puede ?manejar?. E n este sentido, la agencia de calificación puntualiza que el impacto en la cuenta de resultados de estas desinversiones añade otro factor de presión para CaixaBank, que tiene que lidiar con el coste de la eliminación de las cláusulas suelo, o el entorno de bajos tipos de interés, entre otras cosas.
No obstante, Fitch cree que CaixaBank puede compensarlo con la capacidad de generación de beneficios en España, por la caída de las provisiones por impagos de crédito y por la reactivación económica española. Respecto a Criteria, Fitch afirma que la adquisición afecta negativamente a su endeudamiento, pero que, previsiblemente, ?se mantendrá dentro de unos niveles tolerables?.
CaixaBank pretende amortizar las acciones propias que reciba de Criteria para que el impacto de estas dos desinversiones sea neutral en el beneficio por acción de la entidad financiera.
