
El Tribunal Constitucional ha anulado definitivamente la norma que regula la creación de un cuerpo de funcionarios adscritos exclusivamente a la Agencia Tributaria Catalana. Esta norma, que ya la suspendió el Alto Tribunal cuando se admitió a trámite el recurso del Partido Popular, ahora se declara definitivamente contraria a la Constitución.
El pulso entre el Gobierno y la Generalitat sigue, pero las cirunstancias se ponen aún más en contra de los deseos de los independentistas. El presidente en funciones de la Generalitat, Artur Mas, insistía ayer en la importancia de recaudar los impuestos en Cataluña a través de una institución propia como la Hacienda catalana, una de las estructuras de Estado prioritarias en la hoja de ruta secesionista, pero hoy el Tribunal Constitucional ha asestado otro duro golpe a los planes de la Generalitat.
El Alto Tribunal ha suspendido la norma que permitía a la Generalitat diseñar un cuerpo de funcionarios nuevo para la Agencia Tributaria catalana por dos motivos: primero, porque se trataría de un concurso de plazas públicas restrignido únicamente al ámbito catalán, cuando la ley establece que esté abierto a todos los ciudadanos del Estado español; y segundo, porque la competencia de este tipo de procesos pertenece al Estado.
De modo que el Constitucional ha dictado sentencia en menos de tres meses y acepta los argumentos del Gobierno de Rajoy declarando inconstitucional la ley catalana que tenía que servir para desarrollar la hacienda propia en Cataluña.
Ya estaba suspendida
A pesar de que el Alto Tribunal ya había inhabilitado provisonalmente esta ley al aceptar a trámite el recurso presentado por el Gobierno, la Generalitat hizo caso omiso. Prueba de ello es la resolución rupturista aprobada el pasado 9 de noviembre, donde una de las leyes específicas a aprobar en 30 días es la referente a la hacienda catalana y la seguridad social, aunque quedará en el aire si un nuevo govern seguiría adelante con la desobediencia.
En términos legales, la Generalitat no podrá contratar funcionarios para poner en marcha su hacienda, pero como pasó con la consulta suspendida del 9-N y como dice una expresión típica catalana: feta la llei, feta la trampa , idéntica a la castellana hecha la ley, hecha la trampa.