La Diada de este año ha sido criticada por muchos por ser utilizada como artefacto electoral independentista y sobre todo por la candidatura de Artur Mas, Junts pel Sí.
Lo que siempre había sido un día de reivindicación del catalanismo fuera independentista o no, ha acontecido como una manifestación únicamente secesionista. En el ámbito político, lo cierto es que el partido que lidera la opción independentista, Junts pel Sí, ha copado todas las cámaras y micrófonos desde primera hora de la mañana puesto que los partidos unionistas se han borrado del acto de la Vía Lliure.
Aunque en Madrid, el desafío de Mas a la Unión Europea asegurando que "no es fácil expulsar a siete millones de ciudadanos europeos" sí ha tenido replica por parte de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, al recordarle que la Unión se dio unas normas que obligan a "respetar la legalidad" y la "integridad territorial" de los Estados miembros. "Eso no lo cambia el señor Romeva", añadió en referencia a la entrevista que realizó el líder de la candidatura independentista en la BBC. La ministra también incidió en el hecho de que la Diada nacional ha pasado de ser una fiesta "para todos los catalanes" a un acto "electoral" y "principalmente del señor Mas".
En respuesta a estas acusaciones, el Govern ha contestado a través del conseller de Presidencia de la Generalitat, Francesc Homs, que ha pedido al Gobierno central que demuestre "respeto y consideración, más allá de si está de acuerdo con el fondo". Otra voz que se alzó desde el gobierno central es la del ministro de Economía, Luis de Guindos, que aseguró que los mercados financieros ven la independencia de Cataluña como un escenario "indeseable e irrealizable", por lo que ha descartado que el 27-S tenga un impacto negativo en la economía española y catalana. De hecho, aseguró, el Gobierno seguirá financiando a Cataluña.
La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, no asistió al acto al no considerarlo parcial pero sí felicitó vía twitter a los organizadores y asistentes por "una movilización multitudinaria que ha transcurrido con éxito".
El País Vasco, el otro polo donde el nacionalismo y el secesionismo se han manifestado con más fuerza, reaccionó de forma dispar. Ante la posibilidad de que en Euskadi se imitara a Cataluña uniendo los dos principales partidos nacionalistas, el presidente del PNV, Andoni Ortuzar, afirmó que una suma entre PNV y EH Bildu por el derecho a decidir sería "una unión en falso" por que hay "asignaturas pendientes" y es "más" lo que les separa que "lo que les une".
El anterior lehendakari, Patxi López, en referencia a las próximas elecciones catalanas señaló que mientras Artur Mas "levanta fronteras" y Mariano Rajoy "barricadas", el PSOE "tiende la mano".