Cataluña

La deriva de Mas paraliza inversiones millonarias en hoteles de Barcelona

  • Los latinoamericanos, más preocupados por las elecciones que por la moratoria de Colau

Las circunstancias políticas de Cataluña han motivado la incertidumbre de grandes fortunas latinoamericanas que han paralizado inversiones hoteleras en Barcelona. Así lo apuntan las conclusiones esbozadas en el último Informe del mercado de hoteles de la Ciudad Condal elaborado por Bric Consulting.

La deriva política a la que está conduciendo la ruta del proceso secesionista del presidente de la Generalitat, Artur Mas; el incierto escenario posterior a las elecciones autonómicas en Cataluña, programadas para el próximo 27 de septiembre; y la inseguridad vinculada a polémicas medidas como la reciente moratoria impuesta por la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau; son circunstancias que, lejos de pasar desapercibidas para los inversores foráneos, han envuelto sus proyectos en una incertidumbre que está frenando sus entradas de capital en hoteles de Barcelona. De hecho, todas las aperturas que se llevaron a cabo en 2014 y en lo que va de 2015 se debieron a capital nacional, con una inversión total estimada de 162 millones de euros.

Según se desprende del estudio elaborado por Bric Consulting, la Ciudad Condal continúa siendo un destino turístico de gran atractivo, por lo que despierta el interés de inversores locales y extranjeros. Entre estos últimos, destacan las grandes fortunas procedentes de Latinoamérica, que hicieron su entrada en España por Madrid, donde protagonizaron operaciones de compra de edificios a rehabilitar para su uso como apartamentos turísticos, y que ahora estudian posibles activos en Barcelona.

Motivados por tasas de crecimiento menores a las esperadas en países como Chile o México, o bien por inseguridades políticas, como en el caso de venezuela, los latinoamericanos ven en nuestro país un pie en Europa, favorecidos por diversos factores como el dominio del idioma, similares costumbres a la hora de plantear negociaciones y análisis de activos y, especialmente, la apreciación del dólar norteamericano, divisa a la que confían desde hace décadas la mayor parte de su cartera de inversiones.

Pero el interés que ponen hoy estas grandes fortunas en la capital catalana podría estar menguando, o al menos posponiéndose en el tiempo, debido a factores de carácter político como la incertidumbre ante las próximas elecciones autonómicas, que de hecho ya está ralentizando su estudio de inversiones en Barcelona. Según apunta Juan Gallardo, socio de Bric Consulting, inversores del perfil explicado ( family offices latinoamericanos, mayoritariamente de México, Venezuela y Chile) "prefieren no estudiar proyectos de inversión en alojamiento en Barcelona hasta pasadas las próximas elecciones autonómicas". Pese a que asegura que no descartan llevarlos a cabo finalmente, aclara que "por el momento, prefieren esperar".

En este sentido, aunque sin facilitar datos sobre operaciones concretas, desde Bric Consulting señalan que "varios clientes latinoamericanos de perfil inversor familiar han decidido descartar de momento activos en rentabilidad como edificios de apartamentos turísticos con licencia operativa".

Prudencia ante la moratoria

La incertidumbre administrativa fomentada por la polémica moratoria anunciada por la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, el pasado dos de julio, fuerza efectivamente a replantearse plazos a los planes en marcha, pero el interés por la ciudad como destino de inversiones, tanto locales como extranjeras, permanece por el momento, con más de cuarenta proyectos en cartera, en diferentes fases de evolución.

Entre 2009 y 2013 la Ciudad Condal añadió una media de 900 habitaciones al año a su planta hotelera. En 2014, sin embargo, el número de aperturas se redujo casi a la mitad, hasta 589, y existen más de cuarenta proyectos interesados en desarrollarse, a la espera de la resolución de las circunstancias administrativas que han conllevado la suspensión de la concesión de licencias para cualquier tipo de alojamiento turístico en Barcelona.

Sin duda, la suspensión traerá de la mano una ralentización en la cifra de nuevos proyectos que entren en operativa. Y este parón no facilitaría una posible mejora de la ocupación porque la competencia no reglada de viviendas de uso turístico sin licencia sigue creciendo.

Pero a los inversores latinoamericanos les preocupa más lo que pueda suceder el 27 de septiembre que la famosa moratoria, y es precisamente la inquietud ante el incierto panorama posterior a las elecciones autonómicas catalanas la que está provocando retrasos en sus agendas. Según detalla el Informe difundido por Bric Consulting, "aún es pronto" para valorar los efectos que pueda tener la moratoria en el interés de inversión a medio y largo plazo, "si bien es cierto que siguen negociándose y cerrándose operaciones tras el anuncio de la controvertida medida", aunque "cabe denotar cierta prevención por parte de determinados perfiles de inversor ante esa incertidumbre".

Prudencia, por tanto, ante la moratoria de Colau. Pero lejos de provocar indiferencia, tal y como avanza Gallardo, "la incertidumbre generada no favorece la materialización de nuevas inversiones".

Los autores del estudio concluyen que los inversores mantienen toda la confianza en las posibilidades de Barcelona como destino, pero la inseguridad vinculada a las decisiones políticas en Cataluña conllevará retrasos en los calendarios inicialmente previstos para numerosos proyectos millonarios.

Los asiáticos también retiran sus apuestas de la Ciudad Condal

Lo que preocupa a los inversores asiáticos, más que una futura e incierta independencia de Cataluña, es un posible cambio de Gobierno, con Podemos al frente, que imite las políticas que está llevando a cabo Barcelona en Comú a nivel estatal. De hecho, grandes marcas asiáticas como es el caso de Peninsula o Shangri-La, que habían manifestado su interés por invertir en la capital catalana, han decidido retirar sus apuestas por el momento y optar por otras plazas ante la moratoria planteada por la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, que durará como mínimo hasta el año que viene, siendo prorrogable a dos años. Y es que lo que atosiga al sector hotelero barcelonés es la inseguridad jurídica que lleva consigo la polémica medida y la arbitrariedad que esta decisión, de carácter político, está provocando en proyectos que ya estaban en marcha. Según fuentes del sector, este escenario implica la "no atracción de capitales", una oportunidad perdidad que, a su juicio, Barcelona "no se puede permitir".

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