Podría retroceder entre un 1,7% y un 13,2% por el boicot comercial a Cataluña
El Colegio de Economistas de Cataluña presentó anoche un estudio sobre el impacto económico que tendría en el PIB catalán una reducción de los flujos comerciales con el resto del Estado a causa de una declaración unilateral de independencia. El trabajo, que se basa en las tablas input-output de Cataluña 2011 recientemente publicadas por el Instituto de Estadística de Cataluña (Idescat), contempla diversos grados de boicot que se podría producir entre las dos economías y gradúa la caída del PIB catalán entre el 1,7 por ciento (en caso de un boicot mínimo) hasta el 13,2 por ciento, en caso de máximo boicot.
El estudio constata que la alteración de las relaciones comerciales entre Cataluña y España es vista, por parte de empresarios, directivos y economistas, como una de las principales amenazas para la economía catalana en caso de una hipotética secesión. El mercado español sigue siendo, de lejos, el más importante para los exportadores catalanes a pesar de la clara tendencia a perder peso. En el año 2000 el mercado español absorbía el 57 por ciento de las ventas catalanas en el exterior, frente al 43 por ciento que representaban el resto de mercados del mundo. En 2014 se han revertido los pesos relativos de estos mercados, con sólo un 41 por ciento destinado al mercado español.
Pese a esta tendencia a la reducción, los economistas consideran que la independencia de Cataluña podría provocar una contracción de los volúmenes de comercio con España, pero "si asumimos que el euro seguirá siendo la moneda de los catalanes, que éstos no dejarán de hablar el español de la noche a la mañana y que las redes empresariales construidas a lo largo de los años no desaparecerán de forma inmediata, entonces es razonable esperar que los patrones de comercio entre los dos países no experimentarán cambios muy radicales". Por el contrario, si "el nuevo estado catalán decide reforzar sus lazos con los mercados europeos invirtiendo fuertemente en nuevas infraestructuras de transporte o que, por razones políticas o emocionales, los consumidores españoles y catalanes modifican sus preferencias y tienden a discriminar en contra de los productos del otro país (participando en boicots de consumidores, por ejemplo), entonces las posibles consecuencias de la secesión implicarán la modificación sustancial de los patrones de comercio entre ambos países" y el efecto sobre el PIB catalán sería mucho peor.
En ningún momento, los economistas se plantean la salida de Cataluña del euro, una decisión que tendría efectos no cuantificables para la economía catalana.
Descartada esa salida, los economistas catalanes concluyen que "el impacto de la internacionalización ha hecho que la economía catalana sea cada vez menos vulnerable a una hipotética reducción de los intercambios comerciales con España".