Los sindicatos exigen que se eviten las reducciones salariales. La dirección de CaixaBank aceptó ayer la retirada de los despidos y los traslados forzosos dentro de la negociación que mantiene con los sindicatos para reducir su plantilla en 750 personas.
Según los sindicatos CCOO y UGT, el banco ha aceptado que todas las salidas de trabajadores sean voluntarias y con "indemnizaciones atractivas que garanticen el éxito". De hecho, ambos sindicatos apuestan por un plan de prejubilaciones que ordene la salida de empleados "al menos para las tres siguientes generaciones".
La dirección del banco ha aceptado este planteamiento tras siete reuniones con los sindicatos y la amenaza de éstos de convocar movilizaciones, concentraciones y paros parciales en las oficinas de La Caixa.
Pese al acuerdo parcial, la amenaza sindical se mantiene, ya que la dirección no ha retirado su propuesta de recorte salarial. Según los representantes de los trabajadores, la entidad quiere suprimir el concepto ayuda de hijos para los empleados presentes y futuros, que es un 5 por ciento adicional del salario base hasta la mayoría de edad de los vástagos. Este será unos de los puntos de negociación en la reunión prevista para el próximo 22 de junio.
Paralizados los traslados
De igual modo, la dirección de CaixaBank ha aceptado un plan para acelerar el retorno de aquellos trabajadores desplazados de nuevo a sus zonas de origen. De hecho, desde CCOO y UGT proponen prejubilaciones para todos los territorios en los próximos años y contratación de nueva plantilla para cubrir las salidas de estas personas y los "déficit que ya existen en estos momentos".
La entidad financiera tiene detectados excedentes de personal en Andalucía, Canarias, Navarra y Burgos, territorios de origen de la absorbida Banca Cívica, mientras presenta déficit de personal en Cataluña y Baleares.