La respuesta no es fácil de responder y quizás antes que proceder a definirnos sobre ella, deberíamos meditar cual es el papel que desempeña la primera y cual, los segundos. La sociedad, integrada por un sinnúmero de personas, pretende vivir y desarrollarse en libertad y progreso, mejorar su condición personal y protegerse de posibles acontecimientos que la inquieten o distraigan en su constante ir hacia adelante, en su búsqueda hacia un bienestar natural, para no llamarle felicidad.
Con el fin de organizar la convivencia y procurar así el ambiente adecuado para que cada uno de los miembros que integran una sociedad, obtenga aquello que busca, sea lo que fuere, la misma sociedad crea instituciones, órganos y entidades de todo tipo para posibilitar el equilibrio entre sus miembros y generar los servicios necesarios para procurar una convivencia equitativa y enriquecedora.
Estas instituciones, órganos y entidades necesarias para el equilibrio, contención y justicia social deben hallarse dirigidas por miembros que surgen de la propia sociedad y en función de las personas que nos dirijan y de sus íntimas ambiciones, la sociedad se hallará mejor o peor organizada.
El acceso a los órganos de dirección de las instituciones sociales se convierte en un elemento muy importante para convertir aquella sociedad en un lugar de convivencia y desarrollo o bien en territorio de confrontación y ambiciones deshonestas.
En función de control de las instituciones y poderes públicos, de quien lo ejerce, de cómo se elige a quien lo ejerce, del castigo ejemplar a quien defrauda las expectativas, de la fuerza que posea la sociedad sobre los que ejercen el poder, nos encontraremos ante una sociedad avanzada, en la que sus miembros poseerán un aliento de esperanza que les permitirá progresar a nivel intelectual y material, o bien nos hallaremos formando parte de una organización social en regresión. En este último caso, el sistema de organización será imperfecto y permitirá a la oligarquía, los que ostentan el poder, ejercerlo solamente en su beneficio.
Si aplicamos estas ideas a nuestra sociedad y analizamos las luchas intestinas en el seno de los partidos políticos y entre ellos mismos, los métodos que utilizan, la connivencia de los cuerpos policiales con el poder y la instrumentalización de la justicia por la clase política, llegaremos a la conclusión que nuestra sociedad se halla a años luz de proporcionar un correcto equilibrio a la sociedad a fin de que sus miembros, todos nosotros, nos desarrrollemos de acuerdo con nuestros deseos.
En definitiva la respuesta a la pregunta inicial depende de la sociedad que nos hallamos examinando y no tiene una respuesta igual para todas. En nuestro caso dependemos demasiado de los políticos y nos hallamos mediatizados por sus luchas por el poder.