Cataluña

CaixaBank lanza una opa sobre BPI con la mirada puesta en Novo Banco

  • Negociará con la aseguradora Allianz e Isabel dos Santos, la mujer más poderosa de África

CaixaBank ha dado un paso adelante en su estrategia internacional y ha decidido lanza una oferta pública de compra de acciones (opa) sobre el Banco Portugués de Investimento (BPI) para tomar el control de esta entidad lusa donde ya cuenta con el 44,1 por ciento de las acciones. Hasta ahora, el banco que preside Isidro Fainé se había limitado a tomar el control de bancos en España, mientras que en el exterior siempre había optado por tomar participaciones financieras minoritarias.

Aunque la opa sobre BPI tiene sentido por si sola, CaixaBank ha anunciado esta oferta con la mirada puesta en la privatización y proceso de subasta de Novo Banco que está tutelando el gobierno portugués. La suma de BPI y de Novo Banco entregaría a Isidro Fainé el liderazgo en el mercado bancario portugués, privilegio del que ya goza en España. De hecho, sólo tomando el control de BPI, CaixaBank ya se convertiría en el primer grupo bancario de la Península Ibérica, por delante de Banco Santander.

Para conseguir esos objetivos, CaixaBank prevé llevar en paralelo el lanzamiento de la opa sobre Banco Portugués de Investimento con la presentación de una oferta sobre Novo Banco por parte del propio BPI. Según el calendario fijado por el ejecutivo portugués, los grupos interesados por Novo Banco deberán presentar una oferta no vinculante por la entidad el próximo 20 de marzo. Según fuentes financieras, BPI, que es el cuarto banco de Portugal por volumen de negocio, dispone de recursos suficientes para realizar esa primera oferta.

Abrir negociaciones

Pero cualquier derivada que CaixaBank quiera plantearse para obtener el liderazgo en el mercado bancario de Portugal pasa porque su opa sobre BPI sea aceptada y se cumplan las condiciones fijadas por el consejero delegado de la entidad, Gonzalo Gortázar. El primer paso es conseguir las aprobaciones regulatorias pertinentes para registrar la opa en la Comissão do Mercado de Valores Mobiliários portuguesa (CMVM), algo que se estima que se completará durante el segundo trimestre de 2015.

La oferta anunciada ayer por sobre BPI fija un precio de 1,329 euros por acción, lo que supone un precio superior en un 27 por ciento respecto al que cerraron los títulos del banco en bolsa el pasado lunes. Según CaixaBank "el precio ofrecido equivale a la media ponderada de la cotización de los últimos seis meses y a los efectos de la normativa portuguesa se considera como precio equitativo".

Sin embargo, la opa está supeditada a dos condiciones. La primera que "el nivel de aceptaciones permita a CaixaBank superar el 50 por ciento", algo bastante probable ya que actualmente la entidad que preside Fainé ya cuenta con el 44,1 por ciento de los títulos. El segundo condicionante es que "se elimine de los estatutos de la entidad la limitación del 20 por ciento de los derechos de voto". CaixaBank considera fundamental que su capacidad de voto en BPI esté en proporción a su participación económica.

Para lograr la supresión de este límite será necesario "el voto favorable del 75 por ciento del capital asistente a la junta general de accionistas de BPI que se convocará al efecto". En esa junta, CaixaBank sólo podrá votar por el 20 por ciento y por ese motivo le será imprescindible llegar a acuerdos con el resto de accionistas significativos del banco portugués.

El núcleo duro de BPI está formado, además de CaixaBank, por la aseguradora Allianz que posee un 8,4 por ciento del capital; los fundadores del banco, que controlan otro 6 por ciento, y el grupo Santoro Finance, que controla directamente el 18,6 por ciento de las acciones. Santoro Finance es propiedad de Isabel dos Santos, hija primogénita del actual presidente de Angola, José Eduardo dos Santos, y está considerada la primera mujer billonaria en África y la más poderosa y rica en Angola. El apoyo de estos tres grupos a la eliminación de la limitación de voto será clave para que la opa tenga éxito.

En caso de que la opa tenga éxito, CaixaBank tiene la intención de que BPI continúe siendo una compañía cotizada. Además, tiene previsto "continuar apoyando al equipo directivo de BPI, cuya gestión ha logrado proteger a BPI de la inestabilidad que ha afectado al sistema financiero durante los últimos años".

La inversión de La Caixa en BPI se inició en 1995 con la intención de convertir la entidad en un banco de referencia en Portugal. En 2012, CaixaBank obtuvo una dispensa de la CMVM para sobrepasar el umbral de un tercio del capital sin lanzar una opa obligatoria, debido a la existencia de limitaciones al derecho de voto de los accionistas y con sujeción a una serie de condiciones, como el compromiso de CaixaBank de no designar a consejeros adicionales a los cuatro consejeros designados hasta ese momento. Sin embargo, ahora la voluntad de CaixaBank es finalizar la asimetría que actualmente existe entre su participación económica y su representación en el consejo e incrementar su participación.

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