Cataluña afronta 2015 con menos ilusión. Así lo ponen de manifiesto los datos del III Barómetro de la Ilusión, una investigación que analiza el índice de ilusión de los catalanes, elaborado por la firma de investigación Gfk y por Cofidis.
Viajar se consolida como la primera ilusión en 2014 (36%) junto con tener tiempo para estar con familiares amigos (25%) y conseguir un trabajo (21%), mientras que la independencia no aparece entre las principales ilusiones de los catalanes.
En concreto, la ilusión de los catalanes vuelve a caer y pierde 6 puntos con respecto a 2013, situándose en 54/100. Con cinco puntos menos que la media nacional, Cataluña se convierte en una de las tres comunidades autónomas con un menor índice de ilusión, junto con La Rioja y Asturias.
Por otro lado, la percepción que tienen los catalanes de su ilusión supera en 20 puntos a la realidad. Ante la pregunta ?¿Se considera usted una persona ilusionada??, la respuesta espontánea de los catalanes sitúa su nivel de ilusión en 74/100 aunque ni siquiera los más ilusionados -mujeres con edades comprendidas entre los 15 y los 34 años y cuya ilusión es de 60/100- se acercan a esta cifra.
Éstas son las principales conclusiones del III Barómetro Cofidis de la Ilusión, la primera investigación que analiza el índice de ilusión de los catalanes frente a la media nacional. Se trata de un estudio demoscópico elaborado por Cofidis y la firma de investigación Gfk con una base muestral de 2.200 entrevistas personales.
El estudio también pone de manifiesto que existen proyectos que pese a no ser prioritarios crecen de forma considerable con respecto a 2013. Tener más tiempo para uno mismo o para disfrutar de los amigos y la familia, conseguir un aumento de sueldo o adquirir una vivienda son 3 de las ilusiones que más han crecido en el último año.
LA ILUSIÓN, CUESTIÓN DE EDAD
Por edades, el resultado es que los más jóvenes son los que tienen un mayor índice de ilusión (59/100) y más proyectos aunque son los que menos importancia le dan a sus ilusiones. En el lado contrario encontramos a los catalanes mayores de 55 años: son los menos ilusionados (51/100) y tienen menos proyectos aunque éstos son vitales para ellos (84/100).
Comprarse un coche, adquirir un nuevo gadget electrónico o reformar la casa ya no son proyectos vitales para la mayor parte de los catalanes. De un año a otro los catalanes desvían su mirada de los proyectos más materiales y se centran más en los que forman parte del área emocional.