El conseller de Economía de la Generalitat catalana, Andreu Mas-Colell, hizo ayer un encomiable acto de voluntad al presentar los presupuestos de la administración catalana para 2015.
Las cuentas elaboradas por su equipo tienen muy pocas posibilidades de salir adelante, ya que CiU está en minoría en el Parlament y ni ERC ni el PSC están dispuestos a apoyarlos. De hecho, ayer mismo los republicanos señalaron que lo mejor es prorrogar las cuentas de 2014 ante el futuro incierto de Cataluña. Aunque el presidente de la Generalitat, Artur Mas, aún no ha convocado las elecciones autonómicas anticipadas, en las agendas políticas de CiU y de ERC éstas figuran en el mes de febrero de 2015. Si estas previsiones se cumplen, las cuentas presentadas ayer nunca verán la luz.
Ante esta coyuntura, ¿cuál es el objetivo de presentar los presupuestos? La intención de CiU es utilizarlos como arma electoral, ya que las cuentas recuperan la paga extra para 220.655 funcionarios y la jornada completa para el personal interino. El coste de recuperar la paga es de 581 millones de euros y el de la jornada de los interinos de otros 26 millones.
Si ERC no apoya estas cuentas, la recuperación de la paga extra quedará a voluntad de pactos parlamentarios bilaterales, pero CiU siempre podrá acusar a los republicanos de poner trabas a que los funcionarios recuperen poder adquisitivo. Una baza para la campaña.
Agencia Tributaria y Línea-9
Los presupuestos catalanes congelan el gasto social y sólo crecen significativamente en dos puntos: la creación de una "auténtica" Agencia Tributaria Catalana y la construcción de la Línea 9 del metro hasta el aeropuerto de El Prat.
El presupuesto de la Agencia Tributaria Catalana crece un 25,7 por ciento para dotarla de más inspectores, un cuerpo técnico propio y coordinarla con las oficinas de recaudación de la diputaciones. También se contempla la convocatoria de nuevas plazas de funcionario en este cuerpo. CiU pone todo el esfuerzo en una "estructura de Estado" que, igual que ERC, considera esencial para alcanzar la independencia.
En cuanto a la Línea 9, el proyecto se lleva la mayor parte de los 2.000 millones que se destinan a la construcción de nuevas infraestructuras. Esta línea, que entrará en funcionamiento en 2016, es la gran promesa electoral de CiU para la actual legislatura.
En cuanto a la deuda, ascenderá a 67.192 millones, de los que el Gobierno, a través del Fondo de Liquidez Autonómico, acabará controlando 40.000 millones de euros , unos 8.000 millones más que a finales de este 2014.