En 1921, Martí Sala Torres fundó en Sabadell (Barcelona) una empresa dedicada a la fabricación de correas de transmisión de potencia para la hilatura textil. Desde entonces Martí Sala ha trabajado en sectores tan diversos como la fabricación de artículos de caucho, plásticos, recubrimientos de cilindros con tejido sin tejer o el desarrollo de artículos y piezas industriales.
Hoy, aunque muchos de estos negocios aún perviven pese a ser independientes de la matriz, la compañía de Sabadell mantiene el espíritu emprendedor que caracterizaba a la pequeña burguesía industrial catalana y ha lanzado una división especializada en el sector farmacéutico.
Tras una larga estancia en el hospital, Martí García-Sala (nieto del fundador) vio las carencias y necesidades de una sociedad que se encamina a un mayor consumo de medicación diaria y donde en pocos años la población de la tercera edad será mayoritaria. García-Sala ideó una máquina que produce unos blísteres con toda la medicación que necesita cada paciente separada por horarios y días. Estos blísteres, que pretenden evitar olvidos y los consecuentes errores de medicación, tiene como objetivo facilitar la injerencia de medicamentos para aquellos usuarios que ya no puedan valerse por sí mismos o simplemente reducir el tiempo de las farmacias y hospitales al producirlos, pues por ahora, se hacen de forma manual. La máquina, bautizada Ms Farma, se ha desarrollado en cuatro años y ya se ha implantado en una farmacia de referencia de Sabadell, que en tres años ha pasado a fidelizar hasta 230 clientes. El Colegio de Farmacéuticos de Barcelona estima que para llenar un blíster de unas 60 pastillas correctamente se necesitan 15 minutos, cuando la máquina tarda cuatro segundos por pastilla. También cuenta con un software conectado con el médico de cabecera y el propio hospital donde figura el historial completo del paciente para poder identificar toda la medicación que se ha recetado. Según García-Sala, preparar medicamentos para 800 camas no costaría más que una hora.
Ms Farma comercializará dos modelos distintos, uno más sofisticado con capacidad para 400 tipos de pastillas que costará 230.000 euros, y otro más sencillo de 145.000 euros. La empresa ya ha establecido contactos con hospitales y farmacias para futuras implantaciones y tiene la patente en Japón, Canadá, Estados Unidos y gran parte de Europa, donde ya ha despertado gran interés.
La división farmacéutica está en proceso de crecimiento tras el perfeccionamiento de la máquina y cuenta con una única venta, aunque aseguran que han recibido más de un centenar de llamadas de centros y ya están negociando la implantación de una máquina en un hospital catalán. Martí Sala facturó 350.000 euros en 2013 de su negocio de caucho, cuenta con seis trabajadores y un capital social de 60.000 euros.